Adolescente con extraña enfermedad genética se hace cirugía plástica

Zara Hartshorn es una inglesa que vive con una extraña enfermedad genética. La heredó de su madre, quien también la padece, así como 2 más de sus 7 hijos, hermanos de Zara. El principal síntoma es evidente a simple vista: su piel está tan caída y lacia, que muchas veces es confundida por una anciana. Pero... ¿cuántos años crees que tiene realmente Zara? Aunque suene difícil de creer, tan solo 18. 

YouTube/Barcroft TV

Nada ha sido sencillo para esta familia del Reino Unido. Hasta hace poco, desconocían por completo qué enfermedad específica los afectaba, así que simplemente iban al doctor cuando algún problema médico grave se presentaba. Además, Zara y sus hermanos han sufrido bullying desde que eran pequeños. Por ejemplo, los niños de su edad le dicen “abuela” o “mono”, por el aspecto demacrado de su cara y sus dientes podridos.

Fue precisamente el acoso escolar lo que empezó a meter poco a poco una idea en la cabeza de la chica: quería hacerse una cirugía plástica. Sin ella, sentía que no sería capaz de enfrentar la vida, trabajar o ir a la universidad. En Inglaterra les dijeron que, como se trataban de una operación estética, el estado no podía pagarla. Sin embargo, un centro médico de Estados Unidos se enteró de su historia y decidió ayudarla... ¡gratis! 

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Pero el viaje a Estados Unidos también tendría otro objetivo: averiguar qué clase de enfermedad padecían y cuáles son sus verdaderas consecuencias para el cuerpo. Tenían miedo, pero era necesario saber la verdad.

Los resultados de las investigaciones médicas trajeron malas noticias. El nombre de su enfermedad es Cutis Laxa, una rarísima mutación genética. El problema de la piel caída es solo uno de los más pequeños que esta afección puede acarrear. En comparación a ella, los problemas respiratorios y cardíacos son los más peligrosos. Zara y su familia podrían morir en cualquier momento, terminar usando un tanque de oxígeno para poder respirar o una silla de ruedas para caminar.

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A pesar del negro diagnóstico, Zara seguía pensando que lo más importante para ella era solo una cosa: hacerse la cirugía estética (un lifting facial) para verse un poco más joven. Tras someterse al procedimiento, todos estaban expectantes para ver su nuevo rostro. No solo le habían estirado la piel, sino que también le habían arreglado la nariz. 

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Antes de verse al espejo, Zara tuvo que pasar unos cuantos días con muchas vendas en su cabeza y profundos dolores. Su herido rostro revela el sufrimiento por el que tuvo que pasar, aunque a ella no le importaba con tal de que el resultado fuera impresionante. Así fue como llegó el día de quitarse las vendas.... Cuando el doctor removió la última que quedaba en su nariz, ¡no lo podía creer! Parecía otra: había rejuvenecido más de 20 años. La adolescente no podía parar de sonreír y mirarse al espejo emocionada.

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Ahora Zara se siente, por primera vez, más feliz con su propio rostro. Esto le ha dado la confianza necesaria para pensar en cómo enfrentar al desafío más serio: vivir con una enfermedad que puede deteriorar su salud e incluso, provocarle la muerte. Sin embargo, gracias al nuevo conocimiento de su enfermedad, la familia ya está al tanto de los chequeos médicos que deben hacerse y las precauciones a tomar. Ojalá que Zara encuentre la fuerza para vivir una vida lo más normal posible, y que pueda vivir feliz durante largos años sin complicaciones ni más burlas de sus coetáneos. 

Créditos:

MailOnline, The Sun

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