Mujer de 21 años celebra su primer y último San Valentín

Sarena se enamoró platónicamente de Tyler cuando ambos tenían unos 11 o 12 años y acudían a la escuela secundaria Keller Central High School de Fort Worth, Texas. "Fue amor a primera vista. Estaba totalmente colgada por él. Escribía su nombre en todas partes y le ponía un montón de corazones", cuenta Sarena. Pero entonces Sarena no sabía lo mucho que Tyler significaría en su futuro. 

El turno de Sarena llegó durante el último año de secundaria, cuando ella y Tyler se hicieron amigos. Pero la cosa fue tan bien que enseguida se convirtió en romance. Tras asistir al baile de fin de curso juntos, empezaron a hacer planes de futuro y hablaron incluso de matrimonio.  Pero en febrero de 2015 Sarena recibió una noticia que puso su mundo patas arriba: los médicos le diagnosticaron un agresivo cáncer óseo. 

Es difícil imaginar lo que una pareja tan joven y enamorada tuvo que pasar. "Nuestra relación maduró muy rápido, porque solo llevábamos saliendo un año y medio. Teníamos que pensar en si podíamos comenzar una vida juntos", cuenta Sarena, que inmediatamente empezó la quimioterapia. En noviembre de 2015 su cáncer estaba en remisión, pero en enero de 2016 la enfermedad volvió. Las noticias no eran buenas: la chica solo tenía entre 3 y 12 meses de vida, y fue ingresada en cuidados paliativos para enfermos terminales. 

"Tuvimos que pensar en cosas en las que otras parejas de nuestra edad no tienen que pensar nunca, como la muerte". Pero en esta situación en la que muchos se hubieran echado atrás, Tyler no pudo apoyar más al amor de su vida: los tortolitos decidieron casarse cuanto antes puesto que no sabían cuánto tiempo le quedaba a la chica.

Y así ocurrió el 17 de septiembre de 2016. "Fue mi boda soñada y más de lo que siempre deseé. Fue el día más feliz de mi vida. Sé que es algo cursi pero cuando caminé hacia el altar, todo el mundo desapareció menos Tyler", cuenta Sarena.

Pero en el día más feliz de su vida la pareja tampoco olvidó a otras personas que lo están pasando mal, pues se casaron en Historic 512, un centro de Dallas que dona todos los fondos al Center for Transforming Lives (Centro para Transformar Vidas), que proporciona viviendas seguras a mujeres y niños en situación de pobreza. 

El pasado San Valentín fue el primero y quizás último del matrimonio, que decidió celebrarlo con una cena tranquila y romántica en el restaurante Cheesecake Factory. "Fue precioso y perfecto. Solo nosotros dos", cuenta la chica. Sarena, que siente miedo pero no está atemorizada por la muerte, agradece cada minuto que pasa con su marido. Este la acompaña a todas y cada una de sus citas médicas, y pasó todas las noches a su lado en el Hospital Infantil Medical City de Dallas antes de que la ingresaran en cuidados paliativos. 

“La mayoría de la gente de nuestra edad no se hubiera quedado con su pareja si tuviera cáncer. Pero Tyler, no. Tyler ha permanecido a mi lado en mi momento más vulnerable. Y no puedo explicar lo mucho que significa para mí". La historia de esta pareja demuestra que la madurez no viene solo con los años: el amor de este chico por su mujer es tan grande que ha decidido acompañarla hasta que ella tenga que marcharse. Esperamos que pasen muchos momentos bonitos en el tiempo que les queda juntos. ¡Qué amor tan maravilloso y eterno!

Comentarios

Más de Nolocreo