Este chico pierde a su madre por culpa de un conductor borracho

Era un día corriente poco antes de Navidad. Una mujer elegía un peluche para su sobrina, imaginándose los ojos resplandecientes de la niña cuando abriera el regalo.

Mientras miraba cuánto dinero tenía en la cartera, escuchó un llanto ahogado que venía del otro lado del pasillo. Entonces vio a un niño pequeño que estaba solo.

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El niño tenía unos 10 o 12 años Llevaba un gorro de lana azul, del que sobresalían rizos marrones oscuros. Sus pantalones de pana estaban bastante desgastados y tenía los cordones de los zapatos mal atados. Y lo que es más, sus ojos denotaban una tristeza profunda. La mujer se acercó al niño, con la cartera aún en la mano. Quería saber qué le pasaba; por qué estaba tan triste. Al acercarse, se dio cuenta de que el niño intentaba aguantar las lágrimas, y de que tenía un lazo rosa atado en la muñeca. Curioso...

"¡Hola! ¿Qué haces por aquí solito?," preguntó. El niño, sin dejar de mirar los juguetes, respondió que quería comprar algo para su hermana por Navidad. "¡Muy buena idea! Pero ¿por qué estás tan triste?" Él la miró y le confesó que no tenía dinero para comprar nada.

"Bueno... ¿tal vez Santa Claus le lleve una muñeca?" dijo ella, con buena intención. El niño se quedó callado y la miró a los ojos. Ella vio algo en sus ojos que iba más allá de la tristeza. Algo que no había visto nunca en los ojos de un niño. "Santa Claus no viaja adonde vive mi hermana." A la mujer se le hizo un nudo la garganta. A duras penas preguntó: "¿qué le pasó a tu hermana?" Aunque no estaba segura si quería saber la respuesta, no pudo evitar preguntar. "Está en el cielo. Y quiero que tenga algo bonito ahí arriba. Mi madre también va a ir allí pronto... y pensé que se podría llevar la muñeca con ella y dársela a mi hermana." Al oír aquello, a la mujer se le vino el mundo encima.

Cuando pudo reaccionar, dijo: "Bueno, a ver cuánto tienes." Contó el dinero que tenía el niño en su cartera y, sin que él se diera cuenta, añadió algunos billetes propios. Como por arte de magia, ya tenía dinero suficiente para una muñeca y hasta le sobraba un poco. Se le iluminaron los ojos y dijo "¡Genial! Ahora hasta puedo comprarle a mi madre una rosa blanca, su flor favorita". El chico desapareció y la mujer dudó por un segundo si lo que le había contado era verdad o no. Pero enseguida, sus dudas fueron despejadas.

i miss the days when i had money

Estaba tan conmovida que hasta se le olvidó comprar un regalo para su sobrina. Al salir de la tienda de juguetes, el titular de un periódico le llamó la atención. Hablaba de un terrible accidente de tráfico causado por un conductor borracho. Una madre y su hija de cuatro años resultaron gravemente heridas. La pequeña murió de camino al hospital, y la madre estaba en coma profundo, en estado crítico. ¿Podría ser esta la familia de ese chico? Intentó no darle muchas más vueltas al asunto, para no sentirse muy afectada.

Pero no pudo conseguir quitarse el asunto de la cabeza. Leía a diario la sección de obituarios de los periódicos, y finalmente se encontró con el anuncio que no quería ver. La mujer herida en el accidente murió. Su obituario decía: "Sin sentido, nos la quitaron demasiado pronto. Nos conforta saber que pronto estarás reunida con nuestro angelito." Como ponía dónde y cuándo era el funeral, la mujer decidió ir. Compró un ramo de rosas blancas y se dirigió al cementerio.

2 white roses

Cuando llegó, vio al niño de la tienda de juguetes. Tenía una rosa blanca en una mano y la muñeca en la otra. Su padre estaba a su lado, intentando mantener la compostura. Como no le salían las palabras, simplemente se dirigió a la tumba en silencio y soltó las rosas. De nuevo cruzó miradas con el niño: esta vez sí entendió por qué su mirada le impactó tanto en la tienda de juguetes. Tenía los ojos de un adulto, un adulto que había experimentado una pérdida que le cambiaría la vida para siempre. Le partía el corazón, pero no podía encontrar las palabras.

Ava Nell's coffin

En un solo segundo la vida de esta familia cambió para siempre. Y todo porque una persona que había bebido decidió conducir. En vez de llamar a un taxi o esperar al autobús, tomó su auto y privó de su futuro a una niña, le quitó la madre a un niño y dejó a un padre sin su amor y sin su hija menor. Conducir bajo los efectos del alcohol no solo es un peligro para el conductor, es peligroso para todos. Piénsatelo dos veces y haz lo correcto.

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