Papá escribe en lecho de muerte cartas para su hijo

El caso de Rafael Zohler es una verdadera historia de amor. El único regalo que su padre moribundo le dejó en herencia demuestra al pesimista más obstinado que el amor puede ir más allá de la muerte.

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Cuando Rafael tenía 8 años, a su padre le diagnosticaron cáncer;  solo tenía 27 años. Aunque sabía que iba a morir, decidió no contárselo a su hijo. En vez de ello, en las últimas horas que pasaron juntos hicieron planes para el futuro y soñaron con las aventuras que vivirían en sus próximas excursiones de pesca. Cuando su padre falleció, Rafael quedó completamente destrozado. Lo único que le ayudó a seguir adelante fue el "libro de vida" que su padre le había dejado. Una de las enfermeras le entregó a Rafael una serie de cartas escritas por su padre, con las que quería guiarlo a través de su vida adulta.

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Los sobres no contenían ninguna dirección; únicamente unas letras. La primera decía: "Cuando ya no esté aquí". Rafael la abrió:

"Hijo mío:

Cuando leas esto, ya habré muerto. Perdóname por no haberte dicho la verdad. No te la dije porque no quería verte llorar. Fue mi decisión. Creo que una persona que se enfrenta a la muerte puede permitirse ser un poco egoísta. Hay tantas cosas que quiero enseñarte, tantas que no puedes comprender ahora. Por eso te he escrito estas cartas. 

Por favor, ábrelas en el momento que te indiqué en el sobre, ¿está bien? Es nuestro pacto secreto. Te amo. Cuida a mamá. Ahora eres el hombre de la casa.

Con amor,

Tu papá

P. D. No hay cartas para tu mamá; a ella le he dejado el coche."

Rafael estaba tan cautivado como reconfortado con su único regalo de despedida. Este le hacía sentir como si su padre siguiera con él, en algún lugar en el interior de los sobres y la hermosa caja de madera. En esta había una carta para cada ocasión, y Rafael cumplió las instrucciones de su padre y abrió la siguiente carta en el momento que su papá le pedía en el sobre.

Aug 13 1922 Envelope

A medida que iba creciendo, Rafael seguía acudiendo a las palabras que su padre había dejado para él; sobre todo en la díficil etapa de la pubertad. A los 15 años, Rafael se enfadó mucho con su mamá porque no le gustaba su nuevo novio. Rafael pensaba que este era un vividor y no merecía la atención de su madre. Esta le dio una bofetada por ello. Pero incluso en ese momento, su padre estuvo a su lado. Rafael fue a buscar el sobre titulado "Cuando tengas una gran pelea con mamá":

"Habla con ella y pídele perdón. No sé quién de los dos empezó y quién tiene la razón, pero conozco a tu mamá. Habla con ella y discúlpate. Es lo mejor que puedes hacer.

Ella es tu madre y te ama más que a nadie en el mundo. ¿Sabías que ella te dio a luz sin ninguna anestesia porque alguien le explicó que era mejor para ti? ¿Alguna vez has visto a una mujer pariendo? ¿Necesitas más pruebas de su amor?

Pide disculpas y ella te perdonará.

Te amo.

Tu papá"

Rafael siempre se sorprendía con los consejos tan acertados de su padre. Su papá no era en absoluto un hombre de letras, más bien de números. Aún así, entonces, cuando contaba con 15 años, se tomó muy en serio estas palabras. Por ello, le pidió disculpas a su madre y le mostró la carta. En el momento de hacer las paces, sintieron que el padre de Rafael seguía con ellos, tomando parte de cada momento de unión familiar.

Mother and Son

Unos cuantos años pasaron antes de que Rafael abriera la siguiente carta. Por fin llegó el día de abrir el sobre titulado "Cuando pierdas la virginidad":

¡Felicidades, hijo mío!

No te preocupes, estas cosas mejoran con el tiempo. La primera vez es un poco difícil. Mi primera vez fue con una mujer muy poco atractiva, que además tenía mucha más experiencia que yo.

Tengo miedo de que vayas a tu madre a preguntarle qué significa "virginidad" al leer lo que pone en el sobre...

Con amor,

Tu padre" 

Rafael recibió una carta de su padre en cada momento de alegría o tristeza; estas contenían palabras de consuelo, tranquilizadoras y a veces divertidas. Cuando Rafael tuvo su propia familia, abrió el siguiente sobre, titulado "Cuando seas padre":

"Ahora sabes qué es el verdadero amor, hijo mío. Pensabas que era el amor por una mujer. Sin embargo, el verdadero amor es lo que sientes por el pequeño ser que tienes a tu lado. No sé si es un niño o una niña.

Sea lo que sea, ¡disfrútalo! El tiempo pasa increíblemente rápido, así que permanece a su lado. No dejes pasar los momentos importantes; estos nunca más regresarán. Cambia esos pañales, baña a ese bebé. Sobre todo, sé alguien a quien respete. Sé que lo tienes todo para ser un gran padre, hijo mío."

Martina

Aunque Rafael cumplió la promesa de abrir las cartas solo cuando llegara el momento preciso, una sola vez rompió su juramento y abrió una carta titulada "Si te das cuenta de que eres gay" (aunque no lo era):

"¿Qué puedo decir? Gracias a Dios que estoy muerto. ¡ES BROMA!: en un momento de mi vida me di cuenta de que le damos mucha importancia a cosas que no la tienen. ¿Creíste que puede haber algo que cambie lo que siento por ti? ¡No seas tonto, sé feliz contigo mismo!"

Cada una de las cartas le llegó a Rafael al corazón, y casi siempre le arrancaron una sonrisa; sin embargo, algunas lo hicieron llorar. En un principio, ni siquiera quiso abrir el sobre titulado "Cuando tu madre muera". Esas cuatro palabras quedaron impresas en su corazón:

"Mamá está ahora conmigo".

Killagha Abbey, Milltown (506463)

Las palabras de su padre guiaron a Rafael por los buenos y malos tiempos; hasta que abrió la carta aquel día del que casi todos tenemos miedo. A la avanzada edad de 85 años, rodeado de aparatos y tubos en el hospital, en sus últimas horas, Rafael abrió la última carta, titulado "Cuando te llegue la hora":

"Ojalá que estés leyendo esta carta a una edad muy avanzada. Esta fue la primera carta que escribí hace tantos años y fue la más fácil. Dejé de lado el dolor que sentía por perderte. Creo que uno empieza a ver todo más claro cuando va llegando al final de su vida. Uno puede ser más directo.

En los últimos días he pensado mucho acerca de mi vida. Fue corta, pero hermosa. Fui tu papá, el marido de tu mamá; ¿qué más podría pedir? Con estos regalos, puedo irme en paz, y ahora ha llegado el momento de que tú encuentres la paz.

Mi único consejo es: no tengas miedo.

P.D. Te echo de menos."

Father And Son

Y así fue como la historia y la vida de Rafael llegaron a su fin. Esta preciosa historia nos muestra que nuestros seres queridos siempre están a nuestro lado. Aunque sea en forma de cartas, nos acompañan. Qué mensaje tan lindo: una parte de nosotros vive en los seres queridos que se quedan en este mundo.

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