Suertudo: hombre sobrevive a un horrible ataque de tiburón
Todd Endrid, de 24 años, estaba a punto de tener el peor día de su vida. A las 11 de la mañana de un martes salió a surfear en la costa de Monterey, California. Pero jamás imaginó que justo ese día iba a enfrentarse directamente a la muerte.
De la nada mientras surfeaba fue atacado por un enorme tiburón blanco. El pez asesino trató de tragarse a Todd y su tabla de surf de una sola vez, pero su mandíbula no fue capaz de masticar las dos cosas al mismo tiempo. Entonces, una terrible lucha empezó a tomar lugar.
En el segundo intento, el tiburón logró apretar lo suficiente a Todd y su tabla de surf como para empujarlos a su boca. La bestia desgarró la espalda de Todd con sus afilados dientes y el océano alrededor se tiñó de rojo, pero la pelea aún no había terminado.
En su tercer intento, el tiburón rompió la pierna derecha de su víctima. Con su pierna izquierda, Todd pateó salvajemente e, increíblemente, logró que el monstruo se alejara. Después, tan de súbito como había comenzado el ataque, un rescatista apareció de la nada.
De hecho, se trataba de un grupo de rescatistas: ¡una manada de delfines apareció! Los delfines rodearon al herido surfista y crearon una pared protectora alrededor de él. Luego, permitieron que Todd escapara antes de que el tiburón lo devorara. Increíblemente, el chico fue capaz de dejarse llevar por una ola pequeña hasta la orilla.
Al verlo, su amigo Brian Simpson corrió hasta él y llamó a una ambulancia. Además, hizo rápidamente un torniquete con la correa de la tabla de surfear, ya que la herida abierta de su pierna derecha estaba sangrando abundantemente.
Incluso cuando todos creían que Todd iba a morir, él mismo jamás perdió la fe.
Pronto, un helicóptero llegó a la escena para llevarse al hombre herido al hospital. Necesitó 500 puntos y 200 corchetes para zurcir sus heridas.
Todd sobrevivió a las horribles heridas del ataque de tiburón, aun cuando había perdido casi la mitad de la sangre de su cuerpo. Pero después de un par de semanas ya estaba recuperándose bien e, increíblemente, todavía tiene ganas de volver a surfear.
No fue fácil, pero superó sus miedos.
Puedes ver más de este horrible ataque aquí (en inglés):
Todos aquellos que surfean o nadan en el océano deberían estar conscientes de los riesgos a los que se exponen. Y, por supuesto, siempre que sea posible, hacer caso de las alertas oficiales en relación a la presencia de tiburones. Después de todo, como Todd mismo reconoció, cuando entramos al océano somos los humanos los que estamos invadiendo el territorio de los tiburones, ¡y no al revés!