Mujer se somete a una operación contra la incontinencia y sale fatal

La vida sexual de Theresa Bartram ha sido una montaña rusa. Cuando la mujer pensaba que todos sus problemas estaban solucionados, aparecía otro nuevo que era todavía peor. Ahora, a sus 50 años, Theresa se ha tenido que resignar a no mantener relaciones sexuales nunca más. 

Todo empezó cuando se quedó embarazada. Una vez dio a luz a su bebé, Theresa empezó a sufrir algo muy común entre las mujeres que han pasado por un parto: la incontinencia por estrés, es decir, la mujer sufría pequeñas pérdidas de orina siempre que ejercía un poco de presión sobre su vejiga, ya fuera por un estornudo, por hacer ejercicio, levantar peso, etc. Esto hizo que Theresa perdiera toda la confianza que tenía en sí misma a la hora de mantener relaciones sexuales con su marido.

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Theresa y su esposo estuvieron 7 años sin mantener relaciones sexuales y fue entonces cuando la mujer decidió hacerse una operación para terminar con esta incómoda situación. Los médicos le insertaron una malla de polipropileno en su vagina, que acabó con su incontinencia de una vez por todas.

Y la feliz pareja pudo disfrutar de su sexualidad durante dos años. Hasta un día, cuando ocurrió la desgracia: mientras hacían el amor, el marido de Theresa sintió un dolor terrible. ¡Algo en el interior de la vagina de su esposa parecía haberle mordido! "Es como si a mi vagina le hubieran salido unos dientes", dice Theresa. "Su pene estaba rojo y tenía sangre. Había una mancha roja de sangre enorme en nuestras sábanas". 

Theresa sospechaba que la malla que le colocaron en la operación era la causante que casi le hizo perder una parte del pene a su esposo, pero cada vez que iba al médico, le decían que todo estaba bien. La pareja, por miedo a que ese terrible suceso se volviera a repetir, no volvieron a tener ninguna relación íntima. Y seis meses más tarde, esto causó que decidieran tomar caminos separados en sus vidas. 

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Theresa visitó a 25 médicos diferentes y todos le dijeron que su malla estaba totalmente bien. Hasta que en 2015 su vagina empezó a segregar una especie de pus verde que tenía un fuerte olor. Fue entonces cuando un médico la examinó de forma más meticulosa y le dijo que tenían que quitarle la malla inmediatamente: había erosionado una de las paredes de su vagina, formando un absceso que se había infectado de forma terrible. También le dijeron que la malla estaba colocada demasiado baja, lo que causó estas complicaciones y el corte que sufrió su esposo. Tras quitarle la malla, Theresa es ahora totalmente incontinente y no tiene ninguna sensibilidad en sus partes íntimas. "Pensé que la operación me iba a dar más confianza en la cama y haría desaparecer mi incontinencia, pero me ha arruinado la vida", dice Theresa.

Es triste ver cómo alguien decidió someterse a una operación para mejorar su vida y terminó causándole más daño que beneficio. Siempre hay que ponerse en manos de buenos profesionales y si vemos que tenemos algún problema de salud, siempre hay que insistir hasta que encontremos la solución a nuestro problema. Si no, podría ser demasiado tarde como fue el caso de Theresa.

Créditos:

Daily Mail

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