Perdió a dos hijos en un terremoto y después arriesgó la vida por otro

En febrero de 2016, una pesadilla en forma de terremoto invadió Taiwán; 115 personas perdieron la vida y 100 resultaron heridas. El seísmo tuvo una magnitud de 6.4 y derribó muchos edificios en el sur del país.

Hace poco, una pareja afectada por la tragedia vivió algo que, por el contrario, te llenará de inspiración.

La fatídica noche, el personal de rescate sacó de los escombros el cuerpo de su hijo de diez años solo algunas horas después de que el terremoto azotara la zona. En cuanto a su hijo de quince años, lograron desenterrarlo solo cinco días después. La enorme pena de haber perdido a sus dos hijos, más la pesadilla de haber estado ellos mismos atrapados, les hizo la existencia casi insoportable.

 

Shu-yi, la madre, compartía fotos y recuerdos de sus hijos en Facebook con el corazón hecho pedazos. "Sin ustedes dos no habrá alegría ni risas nunca más...", escribió. "No volveré a celebrar ninguna fiesta, no hay ninguna razón para estar feliz...".

Ver su página de Facebook te romperá el corazón, ten cuidado. Es evidente que se sentía terriblemente mal. Después, ella y su marido tuvieron una idea. 

"A menudo sueño con mi hijo por las noches. En mis sueños se convertía en un bebé recién nacido, y lo tomaba entre mis brazos. Pero otras veces también sueño que grita y sigue pidiendo ayuda". 

Las lamentaciones y la nostalgia fueron transformándose en el deseo de tener otro bebé. 

 

Sus amigos y familia trataron de convencerlos de lo contrario, además Shu-yi se había atado las trompas de Falopio nueve años antes. Pero una inseminación artificial seguía siendo posible, y decidieron llevarla a cabo.

Por fin quedó embarazada en junio. No fue un camino de rosas: el médico le informó durante una revisión de rutina que el recubrimiento de la placenta estaba separado de la pared del útero (desprendimiento de placenta), por lo que el bebé tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir; además esto ponía en riesgo la vida de Shu-yi. Se derrumbó cuando el doctor le dio la noticia. "Perdí a mis dos hijos este año. Ninguna madre puede tolerar la pérdida de un tercero. Haría lo que fuera por salvarle la vida a mi bebé".


Más tarde, en diciembre, llegó corriendo al hospital con una hemorragia. Shu-yi tenía preeclampsia e insuficiencia renal, pero después de dos días de diálisis  y otro tratamiento, logró sobrevivir. Los médicos le practicaron una cesárea de emergencia y trajo al mundo a una niña en perfecto estado. Su marido no pudo contener las lágrimas y escribió en la página de Facebook de sus hijos fallecidos: "Su hermana se encuentra sana y salva".

Seguramente, la pequeña siempre será bendecida por sus hermanos. ¡Qué regalo tan especial! Para Shu-yi y su marido, su tercer bebé no solo significa una nueva vida y una nueva alegría, en cierto modo es una forma de recuperar a sus hijos, su paternidad y su familia. 

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