Médicos voluntarios ofrecen una cirugía a una familia muy pobre

El doctor Shin Jin-Chung, de Taiwán, compartió hace poco una historia muy especial en Facebook. Se trataba de una mujer embarazada que había sido trasladada a su clínica de pacientes ambulatorios. Cuando este médico vio al bebé en la ecografía, se dio cuenta de inmediato de que estaba ante un caso de placenta adherida, una peligrosa alteración en la cual la placenta se pega incorrectamente a la pared del útero.

 

 

La placenta adherida puede causar una fuerte hemorragia después de dar a luz; si el sangrado se sale de control, esta alteración puede ser mortal.

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Al ver lo que estaba pasando, el Dr. Shin le preguntó a la mujer si contaba con un seguro médico, ya que el costo del tratamiento para esta enfermedad puede ser extremadamente alto; solo una inyección puede costar más de 4.800$. La chica embarazada estaba muy asustada y le contó al médico que tenía unos ingresos muy bajos y que no contaba con seguro médico. Luego empezó a sollozar.

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Temía por su vida y por el futuro de su bebé. Cuando el médico volvió unas horas más tarde, vio a su marido al lado de su esposa, sumamente preocupado.

 

"No tenía otra opción. Esta paciente necesitaba una cirugía", dijo Jin-Chung. Esta mujer nunca se imaginó que este médico tenía un deseo muy profundo cuando empezó a estudiar medicina: salvar vidas de mujeres, sobre todo si eran personas de bajos recursos. Así que el doctor le programó rápidamente la operación y dijo que haría todo de forma voluntaria.

 

Esta joven pareja tuvo muchísima suerte. Después de enterarse de este caso, cuatro médicos con mucha experiencia se ofrecieron a colaborar el día de la operación. Todo el equipo trabajó hombro con hombro para salvar la vida de esta madre y su bebé. El doctor Jin-Chung estaba impresionado con la ayuda que recibió y por la rapidez de la operación, la cual duró 40 minutos en total.

Cuando terminaron, el doctor Jin-Chung se reunió con el marido de la chica para comunicarle los resultados. El hombre estaba llorando y le entregó al médico un sobre arrugado de color rojo. Estaba lleno de billetes. El doctor sabía que el hombre había pasado por muchas dificultades para reunir el dinero. "Le dije que no era necesario que me pagara, que habíamos acordado que sería un trabajo voluntario", expresó el médico. "Nuestro hospital tendrá una pequeña pérdida, pero vale la pena, hemos salvado una vida".

 

¡Gracias a todos los médicos y enfermeras altruistas! La vida de esta familia ha cambiado para siempre gracias al esfuerzo de unas cuantas personas tan generosas.

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