Un encuentro con una camarera le recordó una historia terrible de su pasado

Sean Whalen, de Salt Lake City, Utah, EEUU, es un padre soltero con 3 hijos. Al entrar una noche en un restaurante con su hijo, se acordó de lo que le pasó a su familia hace 30 años. Su historia la publicó online:

"El día en que mis padres se separaron se quedó para siempre en mi mente. Mi padre y yo tuvimos una gran discusión. Mi madre, mi hermano pequeño y yo nos fuimos porque mi padre se había vuelto loco. Aquella noche nos quedamos en un hotel. Cuando volvimos al día siguiente, mi padre había cambiado las cerraduras. Mi madre le suplicó a través de la puerta que nos dejara entrar para poder recoger nuestras cosas. Pero él no nos dejó. Al día siguiente tuvimos que volver acompañados de la policía.

Nunca olvidaré cuando los agentes de policía me dieron una bolsa de basura y me dijeron que tenía 10 minutos para recoger mis cosas.  Metí toda la ropa que pude en la bolsa. Y esa fue la última vez que pisé la casa en la que me crié. No pude llevarme mis trofeos de beisbol, mis 10.000 cromos de baloncesto; ninguna de mis cosas. Tuve que dejar hasta mi tortuga.

Mi hermano, mi madre y yo nos mudamos a una pequeña urbanización y no teníamos nada. Los vecinos nos trajeron ollas, sartenes, sillones, camas y comida. Mi padre sacó todo el dinero del banco y dejó a mi madre literalmente con el dinero que llevaba en el bolsillo. No pudo hacer nada. No teníamos familia a la que acudir; solo extraños de la Iglesia. No sé cómo no tiró la toalla muchas veces. Yo lo habría hecho. Ella no se rindió ni una sola vez. 

Empecé a darme cuenta de por lo que mi madre pasó con varios trabajos cuando me convertí en padre soltero. Cuando era pequeño, nunca entendí el esfuerzo que hizo por mí y mi hermano pequeño. Ella se esforzó y trabajó hasta la extenuación para que mi hermano y yo tuviéramos todo lo que queríamos. 

Esta noche, sentado con mi hijo en este restaurante chino cutre que nos encanta, me di cuenta de que había una nueva camarera. Destacaba mucho. Los dueños son chinos, los empleados, chinos; y esta camarera era una pequeña mujer occidental. Era fantástica y no paraba de hacerle cumplidos a mi hijo y sus modales. Mientras comíamos, charlamos un poco en aquellas ocasiones en que nos rellenaba el agua, y me dio la sensación de que esta madre soltera no quería estar allí pero tenía que estar; por lo que hacía lo que podía por sonreír. Me partió el corazón. 

Pensé en mi madre y vi el mismo esfuerzo en esta mujer que en mi madre. Una madre soltera. Quizás por elección, quizás no. Pero trabaja un miércoles por la noche para poder poner comida en la mesa y darles zapatos a sus hijos. No por opulencia, ni por estatus; para vivir. Para darle a sus hijos las cosas que les harán sonreír. La entendí; sentí su dolor. No puedo ni imaginar lo difícil que puede ser para ciertas madres.

Sé que mi propina no pagará su alquiler. Sé que no pagará la ortodoncia de sus hijos; que no le llenará la nevera. Pero espero que esta noche al menos la haya hecho sonreír y que vuelva a su casa con sus hijos más feliz de lo que se fue. 

No conozco toda la historia. No lo necesito. Pensé que quizás alguna noche alguien hizo esto por mi madre y la ayudó a no rendirse. 

He sido bendecido enormemente en mi vida, y mi madre me enseño a ser persistente. Me enseñó a recuperarme, lo que eran el trabajo y el esfuerzo. Espero que este pequeño gesto le alegre un poco la vida y ayude mañana a seguir librando sus batallas. A todas las madres solteras que luchan día a día les doy mi RESPETO. Sois maravillosas y vuestros hijos aprenderán de vuestro esfuerzo. Os observan, tal y como yo observé a mi madre. 

Mamá, te quiero. Eres mi heroína". 

Las palabras de Sean han conmovido a millones de personas en Facebook, porque no solo es una declaración de amor para su madre, sino que también muestra respeto a todas las madres del mundo. 

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