Un hombre le da una nota a una mujer diciéndole que es una buena madre

Samantha Welch y Rylan, su hijo de 3 años, estaban en un tren abarrotado de gente en Inglaterra, de camino desde Birmingham a Plymouth. La joven madre se pasó las 6 horas del viaje jugando con su hijo para que no se aburriera. También hablaron con otros pasajeros para pasar el rato. "A Rylan le gusta preguntar a la gente cómo está, o decirles halagos sobre lo bien que llevan el pelo," explica esta orgullosa madre. Samantha también empleó algo de su tiempo en el tren para enseñar a su hijo a ser educado, por ejemplo, pidiéndole que se cubra la boca cuando tose o a decir "gracias" y "por favor" cuando compra algo para comer.

Pasado un tiempo, Rylan se durmió en el regazo de su madre. Un hombre con gafas y un sombrero que se sentaba en el asiento de enfrente se levantó para bajarse, pero al pasar por el lado de Samantha le dio un sobre y le dijo: "creo que se te ha caído del bolso". Samantha tenía curiosidad y lo abrió de inmediato. Sorprendida, encontró un billete de 5 libras y esta nota: "Cómprate algo para beber con esto. Eres una esperanza para tu generación: educada y enseñándole a tu niño buenos modales. P.D: Tengo una hija de tu edad y alguien hizo lo mismo por mí una vez. Espero que cuando ella tenga hijos, sea tan buena madre como tú". 

La joven madre soltera estaba muy emocionada por esas tiernas palabras. "Me preocupo a veces por si no siempre estoy haciéndolo lo mejor posible con Rylan", confiesa Samantha. "Me pregunto, ¿soy demasiado dura con él? ¿O demasiado blanda? Lo intento hacer lo mejor posible. Así que cuando alguien reconoce que estoy haciendo un buen trabajo, significa mucho para mí". Estaba tan agradecida que decidió buscar al misterioso hombre para poder agradecérselo personalmente. Tardó una semana, pero lo consiguió. Descubrió que el hombre era Ken Saunders, un padre de 50 años que tenía 4 hijos. Él iba de camino a casa tras una semana muy estresante, por lo que ver a la joven madre y a su hijo en el tren fue como ver un rayo de sol en un día gris. "Pensé: 'me ha alegrado la noche, ahora yo alegraré la suya'", explicó Ken.

¡Qué bello acto de altruismo!