Un accidente destroza a esta niña. Este gesto podría haberlo evitado

Samanta y su padre volvían de pasar una fantástica tarde juntos en la feria de un condado de Virgina, Estados Unidos. En el camino de vuelta, por desgracia, todo se torció. El vehículo se estrelló contra un árbol, la vida de esta familia cambió para siempre. Y podría haberse evitado.

Las heridas de su padre no eran especialmente graves. En cambio, las de Samanta casi acaban con su vida. Su madre, Shelly, recibió esa llamada que ningúna madre quiere oír: "Me dijeron que mi hija estaba ya en el quirófano, con daños en la cabeza y el estómago".

"Pensábamos que Samanta era demasiado grande para ir en su silla para niños, pero no lo era", confiesa Shelly. Además, Samanta tenía la mala costumbre de no llevar bien puesto el cinturón de seguridad. Solo se ponía la tira en la cintura, no la de los hombros, simplemente porque estaba más cómoda. Pagó carísimo este error.

Los médicos declararon: "El filo del cinturón de seguridad cortó su pared abdominal de forma que sus intestinos se salieron. Básicamente, fue cortada por la mitad". Los médicos usaron una faja abdominal para que todo se mantuviera en su sitio en la mayor medida posible. Por suerte, tras un tiempo en el hospital Samanta pudo volver a casa. Pero aún tiene un largo camino por delante hasta que pueda recuperarse del todo: "Cuando esta quieta sentada no le duele y, claro, piensa que puede levantarse a jugar como si nada. El problema es que solo un poco de piel mantiene sus entrañas en su sitio y ella no lo sabe", declara la madre.

En su página de GoFundMe aceptan donaciones para el tratamiento de la chiquilla. Además, Shelly intenta advertir a otras madres del error que cometió ella. La página The Car Seat Lady advierte de los peligros de no poner el cinturón de manera segura: "Al ponerte el cinturón detrás de la espalda en lugar de en el hombro como ha de ponerse, pierdes toda la protección de la cabeza y el pecho. Además, al no sujetar la parte de arriba de tu cuerpo, en caso de accidente toda la fuerza recae sobre la cintura del niño, de ahí que a Samanta el cinturón casi la cortase por la mitad".

Las estadísticas sugieren que el buen uso del cinturón y la sillita reducen en un 45 % el riesgo de tener una lesión grave. Hasta que el niño mida más de 1,45 y pese más de 40 kilos, hay que usarla siempre. Y si tu hijo se queja de que no quiere llevar bien puesto el cinturón, recuerda que es mejor insistir un poco con tal de que la seguridad del menor sea la máxima. En caso de accidente, puede suponer la diferencia entre un susto y una desgracia.

Créditos:

littlethings , nbc

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