Adolescente es mordido por cientos de pequeñas criaturas marinas

Sam Kanizay, un chico de 16 años de Melbourne, Australia, volvía a casa después de un entrenamiento de fútbol. Pero antes, decidió ir a refrescarse un rato a la playa en el camino y meter sus irritados pies dentro del agua. Después de estar allí casi media hora, salió para ponerse las zapatillas y continuar su camino. Se sacudió el cuerpo, pero sentía que las piernas le picaban… Cuando volvió a mirar, vio que aún le quedaba un poco de arena. ¿El único problema? Eso no era arena. 

¡Sus piernas estaban cubiertas de minúsculos bichos marinos que devoraban su carne! Las heridas comenzaron a sangrar profusamente, pero como no le dolía, no se alarmó. En su casa, sus padres vieron con horror que las piernas de su hijo no dejaban de sangrar, a pesar de haberle quitado las misteriosas criaturas. Es por ello que tuvieron que irse directamente al hospital para intentar detener la hemorragia.

Ya en el hospital la curiosidad solo se incrementó: ¿Qué eran esas criaturas que se habían alimentado de la carne de Sam? Nadie sabía con certeza. Mientras tanto, se enfocaron en parar la hemorragia y vendar sus piernas llenas de pequeños hoyitos dejados por las mordeduras. Por suerte, no había riesgo vital ni iba a ser más peligroso que sufrir un poquito de dolor por las heridas. 

Pero el padre de Sam, Jarrod, quería investigar a fondo qué es lo que había atacado a su hijo. Así que fue a la misma playa al día siguiente, armado con una red y trozos de carne roja. Metió todo en el agua y esperó. Cuando vio lo qué había pescado… se quedó de piedra. Eran decenas de pequeños crustáceos que chupaban la sangre de los trozos de carne y se pegaban a ellos vorazmente. Puedes ver a estas hambrientas criaturas a continuación: 

“Atrapé unos bichos durante la noche en la bahía. Puse carne dentro de una red y se agarraron a ella como si no existiera un mañana”, cuenta el australiano. Después de corroborar con expertos, se pudo determinar que estos extraños “bichos” son, de hecho, unos crustáceos carroñeros que habitan normalmente las playas. Se alimentan de peces muertos u otros animales marinos y tienen un rol esencial en la cadena alimenticia de los mares… 

Normalmente, estos llamados “piojos de mar” no atacan a humanos. El problema fue que Sam estuvo quieto durante al menos media hora y con alguna herida en sus piernas, por lo que los pequeños bichitos probablemente lo confundieron con una sabrosa cena. ¡Misterio resuelto! 

Después de pasar un par de días en el hospital para observar y curar sus heridas, Sam pudo volver a casa. Al final, solo fue un sangriento susto, pero que no tuvo consecuencias permanentes. Hay muchas cosas del mundo que desconocemos, sobre todo lo que se esconde dentro del mar. ¡Nunca sabemos lo que nos podemos encontrar! 

Créditos:

Mail Online, El País

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