Robot de cocina defectuoso quema a una pareja con sopa caliente

ADVERTENCIA: Este artículo contiene imágenes que pueden dañar la sensibilidad de algunos lectores. 

Cassie Hodges es madre de tres hijos y vive en las cercanías de Sydney, en Australia. Un viernes por la tarde, su pareja, Mark, cocinaba una sopa para la cena. Para ello utilizó, como casi siempre, el denominado "Robot de cocina" (o también conocido como "Olla exprés"), con el fin de poder cocinar todo mucho más rápido y sin perder las vitaminas que contienen los alimentos. 

Para empezar, Mark apretó el botón del menú con la opción "Sopa" y salió de la cocina por solo un momento para dejar que la olla hiciera su trabajo. A los pocos minutos después, entró Cassie con su bebé de 12 semanas en brazos y llamó a Mark para decirle que el aparato decía que la sopa ya estaba lista. 

Mientras Mark iba a la cocina, Cassie dejó a su pequeño bebé sobre el sofá de la sala de estar y le encargó a su hijo mayor que lo vigilara. Entonces, se dio la media vuelta y volvió a la cocina a ayudar a Mark a tener todo listo para la cena. 

Mark liberó la presión del robot de cocina y vio cómo el vapor comenzó a salir por la tapa del aparato. Pero entonces, Cassie escuchó un "click" y supo, instintivamente, que algo no andaba bien. De pronto, la tapa se desacopló antes de que toda la presión se hubiese terminado de liberar, y todo el contenido hirviendo de la olla salió disparado por la cocina, alcanzando de lleno a Cassie.

Al segundo mismo en que el líquido entró en contacto con la piel, la quemó produciendo un fuerte silbido. Mark también recibió un poco del caldo en su estómago. Al sentir el dolor penetrante, Cassie se arrancó la camisa gritando y corrió hacia el baño para darse una ducha de agua fría. 

La pareja logró, de alguna manera, llamar a una ambulancia. Pero Cassie ya sufría de graves quemaduras en sus brazos, pecho y estómago. Cuando llegaron al hospital, les tuvieron que sacar el tejido de piel que estaba quemado, lo que es horriblemente doloroso. Mark también tenía quemaduras serias y profundas en su estómago. 

Los doctores les recetaron fuertes medicamentos para el dolor y les ordenaron permanecer en el hospital varios días para ser tratados, mientras unos amigos se ocupaban de sus hijos en casa.

La pareja, por suerte, se va a recuperar, y ojalá sin mayores consecuencias en sus cuerpos. Ahora Cassie quiere alertar a los demás sobre los peligros de los robots de cocina. 

"No hicimos nada mal. No valen la pena. Solo dos minutos antes estuve allí mismo con mi hijo pequeño en brazos. Mi pobre hijito pudo haberse quemado también", dice ella. 

"Tuvimos suerte", continúa. "Mi deseo es que esto no le suceda nunca a nadie más".

Qué shock tan doloroso sufrieron Cassie y Mark. Qué bueno que no tuvo consecuencias mayores y, sobre todo, que ninguno de sus hijos salió herido. 

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