Impresionante lucha de este niño contra una enfermedad de corazón

Cuando una mujer embarazada se hace un ultrasonido, lo único que quiere oír es lo bien que va todo y lo sano que parece su feto.  Andrea van Rossum y su marido Brad, canadienses, esperaban que el chequeo rutinario de la semana 19 de embarazo no fuera más que eso, algo rutinario en el que todo salía bien. Pero cuando el doctor notó una anormalidad, los jóvenes padres contuvieron la respiración.

YouTube/BC Children's Hospital Foundation

Ya desde antes de nacer, los doctores detectaron una enfermedad congénita en el corazón de su bebé: era una atresia pulmonar, una enfermedad por la cual el ventrículo que envía sangre desde el corazón a los pulmones no estaba desarrollado del todo. Los médicos advirtieron a Brad y Andrea de que se prepararan para lo peor; se esperaba tener que realizarle 3 ó 4 cirugías a corazón abierto en los primeros 3 ó 4 años de su vida. En otras palabras, como el médico les dijo: "La vida de vuestro hijo será diferente y tendrá un largo camino por recorrer".

YouTube/BC Children's Hospital Foundation

Desde el principio se vio que, efectivamente, el pequeño Reid, que así lo llamaron, tendría que luchar por su vida. En sus primeros 5 días tuvo que ser totalmente anestesiado en 3 ocasiones. Y con tan solo 6 meses ya se disponía a una segunda cirugía en su corazón. El día de antes de la operación, su madre le hizo fotos mientras jugaba. Al revelarlas, notó que su piel estaba algo gris, su labios un poco azules y las uñas moradas.

Por suerte, tras la cirugía esto cambió casi al instante. Andrea notó como su bebé tenía un color mucho más sano: el gris dejó paso al rosita. 

YouTube/BC Children's Hospital Foundation

Cuando cumplió los 3 años tuvo que someterse a una tercera operación. Sus padres habían notado como Reid se cansaba mucho antes que otros niños de su edad mientras jugaba. Y una vez más, esto cambió casi al instante tras la operación: solo 4 días más tarde, Brad se pasaba largos ratos con su hijo jugando al baloncesto en una canasta pequeña que había en una sala del hospital. "En tan poco tiempo ya se notaba que Reid tenía mucha más energía", confiesa. "Su risa era lo más dulce que jamás hemos oído", recuerda Andrea.

YouTube/BC Children's Hospital Foundation

Después de que le dieran de alta del hospital, volvieron a casa en ferry. Allí, sus padres se dieron cuenta de la asombrosa mejoría de su hijo cuando se puso a dar vueltas como loco por toda la embarcación. "Los demás pasajeros nos miraban con mala cara, para que controlásemos a nuestro hijo. Pero nosotros solo podíamos sonreír al ver lo lleno de energía que estaba", declara Andrea.

Andrea y Brad no podrían estar más agradecidos por el trato del personal médico del hospital BC Children, donde, como ellos mismos cuentan, se aseguraron en todo momento de que comprendieran el tratamiento y las operaciones que le hacían a Reid. "Si los miras a los ojos, puedes ver que de verdad se preocupan por los niños", cuenta Andrea. "Gracias a ellos y a las donaciones de la gente que ayudan al hospital, nosotros podemos disfrutar de Reid". Las aportaciones de donantes son claves para mantener este y otros muchos hospitales, para que niños como Reid puedan ser tratados.

En este vídeo, subido por la web del propio hospital, puedes ver una entrevista en inglés con Andrea y Brad:

Gracias al esfuerzo de los profesionales del hospital y a sus donantes, a la determinación de Andrea y Brad y a la fuerza de Reid, esta historia tiene final feliz. ¡Ojalá el peque pueda tener una vida tranquila lejos de los hospitales!

Créditos:

littlethings

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