Una madre padece un sufrimiento terrible debido a un error médico

Advertencia: este artículo contiene imágenes que podrían perturbar a algunos lectores. 

Quanna Brown, de Chicago, solo tenía un deseo: la chica de 34 años simplemente quería sentirse guapa otra vez. Desde el nacimiento de sus hijos, Quanna había estado luchando contra los kilos de más que subió durante sus embarazos y que la hacían sentir poco atractiva. La joven madre quería hacer algo al respecto, así que decidió hacerse una cirugía estética de abdomen. 

Esperó ansiosamente el momento hasta que por fin llegó su turno para la cirugía en junio de 2015. Pero si hubiera imaginado la pesadilla que le esperaba, jamás se habría presentado a esa fatídica cita...

Al principio, el cirujano que había elegido le inspiró mucha confianza. Después de todo, contaba con una trayectoria intachable y unas referencias muy positivas. No obstante, durante la operación, algo salió terriblemente mal, pero el médico no se dio cuenta o fingió no hacerlo. Quanna regresó a casa y no notó nada hasta cuatro días después, cuando empezó a sentir un dolor muy severo en el abdomen.

Facebook/Caters News Agency

Quanna recuerda claramente la intensidad del dolor: "Sentía como si tuviera los vendajes demasiado ajustados y no podía caminar. Nunca antes me había sometido a una cirugía, así que al principio pensé que era normal". Pero poco después, no pudo soportar más el dolor y acudió a la consulta del médico con la pizca de fuerza que le quedaba. 

Su vientre se veía terrible, pero el cirujano simplemente dijo que nunca antes había visto algo así y le recetó algunos antibióticos para combatir la infección. Después de algunos días, estaba claro que la medicación no estaba surtiendo efecto, así que Quanna volvió a consultar al médico.

Esa vez, en cambio, la examinó uno de los colegas, quien le hizo una limpieza y le volvió a suturar la herida antes de enviarla de regreso a casa. Al día siguiente, el estado de Quanna empeoró tanto que tuvo que acudir a urgencias. 

Youtube/Embodied State of Mind

Quanna terminó internada 50 días en el hospital. Su abdomen estaba tan severamente infectado que incluso su vida corría peligro. Tuvieron que hacerle cinco operaciones para retirar todo el tejido infectado. Los médicos del hospital no podían creer tanta negligencia de parte del cirujano plástico. Si Quanna no hubiera ido al hospital en aquel momento, seguramente habría muerto. 

Facebook/Caters News Agency

La pobre Quanna recibió varios transplantes de piel y siguió padeciendo dolores agudos. Además, su abdomen quedó seriamente desfigurado y parece que nunca más volverá a recuperar su forma. Había optado por la cirugía cosmética para darle un nuevo impulso a su vida; sin embargo, todo empeoró aun más. 

Estaba muy angustiada, además de los dolores físicos, se sentía humillada por su falta de movilidad y por el hecho de que sus niños tuvieran que verla en un estado tan débil. 

La joven madre ni siquiera podía jugar con sus hijos, sentía como si le hubieran arrebatado su vida. Pero al mismo tiempo, fueron ellos los que le dieron la fuerza para seguir adelante. Empezó un curso de fisioterapia y estaba dispuesta a recuperar su vida. En este vídeo (en inglés), puedes ver a la propia Quanna contando toda su historia...

Le tomó más de un año y medio, pero ahora Quanna ha vuelto a sonreír: "Los niños me ayudan a seguir adelante. No puedo ver mi vientre... pero mi hija me abraza y me besa, me hace sentir mejor". Quanna no solo se ha adaptado a su nueva vida, además está empezando un nuevo capítulo: ¡muy pronto tendrá a su tercer hijo! El pequeño Alexander nacerá en mayo, y Quannna no podría estar más feliz. Si bien no tiene el cuerpo que siempre soñó, está tratando de aceptar el que tiene y se está concentrando en el objetivo más importante de su vida: ser una buena madre. ¡Te deseamos toda la suerte del mundo, Quanna!

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