Turistas encuentran un perro con la columna rota y se lo llevan a casa

La holandesa Kiara Ijzendoorn y su familia estaban de vacaciones en Creta. Mientras conducían por un camino desértico, tuvieron que frenar de repente. 

Había un perro tirado en medio de la carretera. En cuanto la familia se acercó, les quedó claro que el animal se encontraba en un estado lamentable.

"Tenía una pata totalmente paralizada y una gran inflamación en el lomo debido a una fractura en la columna", recuerda Kiara.

"Detuvimos el coche para que pudiera apartarse del camino arrastrándose, pero fue incapaz de moverse".

Kiara se enteró de que el animal vivía en un granero abandonado, y al parecer, alguien lo había lesionado deliberadamente. Estaba tan conmovida que sintió la extrema necesidad de ayudar de inmediato a la pobre criatura.

En los días siguientes, regresó varias veces a la granja para alimentar al perro, que estaba a punto de morir de hambre. Le puso "Fos", una palabra griega que significa "resplandor" o "luz".

Cada vez que su nueva amiga iba a visitarlo, Fos no podía contener su alegría, a pesar de sus graves lesiones. Era un animal tan cariñoso que Kiara simplemente no lo pudo abandonar en ese lugar.

Llevó a Fos a una organización de protección animal del lugar para adoptarlo oficialmente. Fue examinado por un veterinario, quien confirmó que había sufrido crueles torturas. Por primera vez en su vida, recibió la atención adecuada, y pocos días más tarde, Fos se encontraba en un avión volando hacia Holanda junto con su nueva familia.

Actualmente se encuentra recuperándose de la lesión en la columna. 

"Puede caminar mejor y la inflamación ha mejorado", dice Kiara. "Sigue temiendo a los ancianos y a los gatos".

Si Kiara y su familia no se hubieran detenido en aquella carretera desierta para auxiliar al pobre e indefenso amasijo, ella nunca hubiera conocido a su nuevo mejor amigo ni se hubiera encariñado tanto con él.

¡Qué suerte tuvo Fos al encontrarse con un ser humano tan compasivo y amable como Kiara!