Una calle de París se convierte en escenario de crímenes terribles

En el siglo XIV en París, una serie de eventos muy extraños tuvieron lugar en la rue Chanoinesse, una pequeña calle de la Île de la Cité.

La calle era muy famosa entre los apasionados de la gastronomía parisina; un lugar donde la aristocracia compraba sus deliciosos patés de carne hechos por un pastelero local. Incluso el rey Carlos IV visitó el área para disfrutar de sus manjares culinarios.

Pero el problema con los patés de carne es que es imposible saber exactamente qué hay dentro. 

La famosa pastelería estaba justo al lado de una peluquería, y los dueños de ambos negocios eran buenos amigos. Pero lo que estos dos hombres terminaron haciendo en el sótano de la pastelería es tan maléfico e indescriptible que resulta difícil de imaginar. 

 

El peluquero atraía intencionalmente a los jóvenes estudiantes extranjeros que vivían en la Île de la Cité. 

Pero ¿por qué específicamente estudiantes extranjeros? Porque cuando ellos desaparecían, muy pocas personas lo notaban. 

Lewis Hine, Frank De Natale, 12-year old barber, Boston, 1917

Después de afeitar a los clientes, el peluquero los conducía con artimañas al sótano, donde les cortaba el cuello con una navaja. 

EL chef pastelero aparecía rápidamente y se llevaba los cuerpos a su tienda, donde preparaba sus patés. ¡En realidad, sus famosas exquisiteces estaban hechas con carne humana! 

Esta macabra colaboración duró tres años, y habría durado muchos más, si no es por un testigo muy especial de sus crímenes: un perro.

Uno de los estudiantes que había sido víctima del peluquero y del chef pastelero tenía un perro. La fiel mascota esperó enfrente de la peluquería a que su dueño regresara. El estudiante estaba casado, y cuando su esposa fue a buscarlo, halló al perro fuera de la tienda.

La chica tenía algunas sospechas y llamó a la policía. Cuando buscaron en la pastelería, descubrieron los horribles crímenes.

Cuando la policía encontró una pila de huesos y carne humana, arrestaron al peluquero y al chef.

Por estos monstruosos crímenes, los dos asesinos fueron sentenciados a morir quemados vivos. Después destruyeron sus tiendas. 

Poco después, el área que rodea a la calle Chanoinesse fue abandonada. Nadie quería vivir en una zona donde se habían cometido delitos tan escalofriantes.

Un siglo después, la calle volvió a la vida. Se restauraron muchos de los edificios, y algunos de los ladrillos originales del sótano siguen ahí. ¡Qué ironía! Ahora uno de los edificios de la calle Chanoinesse es una estación de policía.

La calle Chanoisse fue uno de los escenarios que albergó los más atroces y sangrientos crímenes de la ciudad. Si alguna vez vas a París, no pierdas la oportunidad de dar un paseo por la Île de la Cité y visitar la encantadora calle que esconde este pasado tan oscuro...

Créditos:

MessyNessyChic

 

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