Una anciana pierde la razón y su marido decide protegerla

Esta pareja había estado casada por más de 50 años y seguían adorándose. Pero su relación sufrió un cambio inesperado.

Se conocieron cuando era adolescentes, ella tenía 16 años y él, 19. Ambos provenían de familias tradicionales, él era campesino. Empezaron a salir, se enamoraron y finalmente él le propuso matrimonio. Ella le dio el "sí quiero". Hicieron planes para el futuro y tomaron lo que la vida les ofrecía. "Éramos personas muy sencillas", recuerda él.

Compartieron décadas de paz y felicidad hasta poco antes de celebrar su 50º aniversario de bodas. Tomaron su coche y emprendieron el viaje desde su casa en Michigan a Missouri, la ciudad natal de ambos, donde pensaban festejar la ocasión.

"En el camino de regreso a casa, me dijo una y otra vez que íbamos por la ruta equivocada. Insistió demasiado. No la contradije. Acepté desviarnos porque sabía que al final podríamos retomar el camino de regreso a Michigan. Lo sabía. Su padre padecía demencia senil y solía hacer lo mismo. Así que sabía qué estaba sucediendo".

Este hombre fue testigo de cómo la mente de su mujer se desvanecía y empezó a cuidarla cada vez con más atención. Algunas veces y sin que nadie se lo esperara, ella había tratado de irse de la casa, y él había tenido que permanecer frente a la puerta para impedírselo. Otra vez, se las arregló para escaparse de la casa durante la noche. Se había alejado bastante y él la encontró en la carretera, además tuvo dificultades para convencerla de regresar a casa.

Ahora aprecia mucho más los pequeños detalles: cuando ella desliza su mano debajo de su camisa para sentir su piel, cuando lo mira detenidamente y lo besa, su forma de hablarle, incluso si sus palabras no tienen sentido.

"Pero no lo veo como una maldición. Es un honor. Es lo que el Señor me ha enviado. Ella le entregó su vida a su familia. Y ahora es mi turno de ayudarla en todo lo que necesite".

Se trata de un maravilloso sentimiento marcado por el respeto y la admiración hacia la mujer con la que ha compartido casi toda su vida. ¿A quién no le conmueve la  decisión que este hombre ha tomado, así como su amorosa actitud? Puede que no sea fácil, pero a veces las mejores cosas en la vida tienen un precio muy alto: algún día, todos vamos a perder a nuestros seres queridos, así que lo más importante es apreciar cada momento que podemos pasar a su lado.

Créditos:

Incroyable

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