La historia de dos perritos rescatados en el último momento

Este tipo de historias siempre nos llegan al corazón. Pero lo cierto es que al principio, detrás de ellas siempre hay algún desalmado que no duda en abandonar a sus mascotas cuando crecen o cuando ya no les son útiles. Ojalá pronto esto sea cosa del pasado.

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Mientras tanto, héroes como los de nuestra historia son necesarios. En este caso, sucedió en Chicago. Un grupo de policías patrullaba los alrededores de un edificio abandonado cuando escuchó ruidos provenientes del interior. Cuando se aventuraron a entrar, lo que descubrieron dentro les impactó. Eran dos perros abandonados que parecían más esqueletos que animales.

Llamaron a los malparados perros Emmy y Oscar. Oscar pesaba solo 20 kilos. Sufría de hipofosfatemia, que es una enfermedad sanguínea que indica la falta de fósforo en el cuerpo. Esto era debido al hambre que el indefenso animal estaba pasando. Esta enfermedad hace que llegue menos oxígeno a la sangre, y por tanto estaba al borde de sufrir un mortal fallo renal. Tuvo suerte de que lo encontraran entonces y no unos días después.

Los agentes pidieron ayuda a la Trio Animal Foundation, una organización experta en el cuidado de animales. Allí lo hospitalizaron y tuvieron cuidado de no alimentarlo demasiado, puesto que su cuerpo débil ya no estaba preparado para poder soportar la cantidad de comida que podría normalmente. La recuperación de Oscar tomó tres meses. En ese tiempo, Oscar aprendió a convivir con humanos en sus casas, ya que la experiencia de estar abandonado tanto tiempo lo había dejado inapto para ser un animal doméstico más. También tuvo un entrenamiento físico que seguía rigurosamente, en el que recobró fuerza y agilidad en sus músculos. Tras ganar 10 kilos de peso, los médicos ya lo consideraron como sano.

Por suerte, no tardó mucho en encontrar un hogar. Un hombre llamado Tyler, ya dueño de otros perros, se hizo amigo de Oscar y no dudó en adoptarlo. Así luce Oscar ahora, ¡vaya cambio!

Por otro lado, la otra perrita abandonada a su suerte con Oscar, Emmy, también estaba en un estado deplorable. Tenía anemia y apenas podía moverse, de tal forma que su cuidador en la fundación, Anthony, tenía que llevarla a hombros a todos sitios. ¡Y a ella parecía gustarle! Tanto es así que cuando por fin su estado mejoró y ganó algo de peso, ella aún buscaba a su mejor amigo para que la llevara a cuestas por toda la consulta. Y cuando llegó el día en que Emmy estaba sana y tenía que irse, Anthony no pudo soportar pensar en estar separado de ella, por lo que no dudó en adoptarla. ¡Y además, se la lleva al trabajo cada día!

Estos dos amigos de cuatro patas han tenido mucha suerte de que su historia tenga un final así de feliz. Lo cierto es que solo alrededor de un 10 % de los perros abandonados son rescatados y adoptados. Artículos como este nos enseñan que el trabajo de voluntarios que dedican su tiempo a rescatar y cuidar animales abandonados es fundamental; tanto como la necesidad de concienciar a los dueños de mascotas de que abandonarlas a su suerte suele tener consecuencias horribles y que, al contrario que en esta historia, acaban sin final feliz.

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