Un anciano encuentra su álbum de fotos perdido gracias a Facebook

Oli Lansley tiene 34 años y es de Londres (Reino Unido). Como a muchos londinenses, le encanta perderse por los mercadillos de segunda mano y buscar antigüedades. Un día encontró un sillón antiguo de cuero y supo enseguida que tenía que ser suyo. Lo compró al vuelo y se lo llevó a casa. 

Cuando estaba limpiando su nueva adquisición, Oli descubrió que el sillón escondía una sorpresa. Debajo del cojín había un viejo álbum de fotos lleno con instantáneas de la década de los 60 y 70. Al pasar las páginas del álbum, Oli se convirtió en testigo de la vida del hombre que tenía delante. Era un tesoro escondido de recuerdos y momentos emotivos, y Oli supo que tenía que devolvérselo a su dueño. 

El problema era que el álbum no tenía ningún nombre, por lo que Oli no estaba seguro de si sería capaz de encontrar al dueño. Entonces, se le ocurrió una idea muy moderna. Abrió su perfil de Facebook y escribió: "Ok, Facebook. Es hora de que seas útil... Tengo un reto para ti..." e incluyó algunas de las fotos del álbum. La publicación se compartió casi 37.000 veces y, por un momento, pareció que Londres entero estaba detrás de la pista del hombre misterioso. 48 horas después, Hollie Douglas, que había visto las fotos en Twitter, se puso en contacto con Oli. Ella reconoció al hombre de las fotos: ¡era su padre, Noel Douglas!

Noel había perdido el álbum hace mucho tiempo cuando se mudó de casa. Pero la buena noticia es que él seguía viviendo en Londres, así que Oli y él acordaron verse al día siguiente. Noel ya había perdido cualquier esperanza de recuperar sus fotos y estaba rebosante de felicidad por tener el álbum de nuevo entre sus manos después de tantos años:

"Estoy emocionado. Nunca he podido enseñarle a mi hija una foto de su abuela; ella murió antes de que Hollie naciera. Es fantástico. Pensé que nunca volvería a ver estas fotos de nuevo". 

En esta era digital es fácil olvidar que hubo un tiempo en el que los recuerdos valiosos se guardaban en álbumes que se podían sostener con las manos y, desafortunadamente, que también se podían perder. Es reconfortarte saber que existe gente como Oli, gente que es consciente del valor que tiene para una familia un álbum de fotos que cuenta sus vidas. Gracias a él, Hollie Douglas ha conseguido ver el rostro de su abuela, y su padre ha recuperado una parte importante de su vida. 

 

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