60 años después, el paraje de Dyatlov todavía guarda un oscuro secreto

Atención: este artículo contiene imágenes que pueden ser muy fuertes para algunos lectores.

En la zona norte de los montes Urales, Rusia, hay un lugar que la gente local llama"Kholat Syakhl", o sea, "la Montaña de la Muerte". Y por desgracia, se ha ganado este nombre con toda razón. 

En enero de 1959, un grupo de nueve estudiantes emprendieron un viaje de esquí a los montes Urales. Todos ellos eran senderistas profesionales y estaban en buenas condiciones físicas. El líder del grupo era Igor Dyatlov.

Las bitácoras y las fotos que se encontraron después muestran que todos los miembros del grupo estaban relajados y de buen humor. Disfrutaban de su viaje a pesar de que la temperatura era de -30 ºC. Las fotos están llenas de rostros felices y optimistas. 

El plan era llegar al próximo poblado, Vizhai, el 12 de febrero de 1959 y reunirse con otro grupo de esquiadores. Pero, por razones que siguen siendo un misterio, nunca llegaron al lugar. Pocos días después de su desaparición, sus familiares avisaron a las autoridades. Finalmente, el 20 de febrero, un equipo voluntario de rescate dio con las huellas del grupo de Dyatlov.

El 26 de febrero, los voluntarios encontraron el campamento de Dyatlov en la cima de la Montaña de la Muerte. Se sorprendieron al encontrar casi todo el equipaje en el campamento, incluidas cámaras de fotos, identificaciones, dinero, bitácoras, comida... e incluso la ropa para protegerse del frío.

La tienda de campaña estaba dañada; era evidente que alguien había hecho un corte con una navaja para poder salir. Pero ¿por qué alguien tendría que salir corriendo en medio de la nieve sin botas ni ropa para el frío? Las únicas huellas que se encontraron correspondían a las de los esquiadores. El equipo de rescate las siguió con la esperanza de encontrar sobrevivientes, pero en cambio, descubrieron algo aterrador.

Aproximadamente a un kilómetro y medio del campamento, los rescatistas encontraron un lugar para fogatas y los cuerpos de dos hombres. Ambos llevaban solo ropa interior y, al parecer, habían muerto por congelamiento. Más tarde, también encontraron los cuerpos de Igor Dyatlov y otros dos miembros del grupo. Tomando en cuenta la posición de los cadáveres, parece que estaban intentando regresar al campamento. 

Encontraron a los otros cuatro estudiantes a finales de mayo de 1959, cuando la nieve se derritió y dejó los cadáveres a la vista. Cuando les practicaron la autopsia, los médicos forenses hicieron un descubrimiento insólito.

A diferencia de los primeros cuerpos hallados, estos miembros del grupo presentaban signos claros de heridas letales. Tenían el cráneo y las costillas fracturadas, se encontraban en condiciones tan terribles que parecía como si hubieran sufrido un terrible accidente de coche. Pero lo más extraño es que no presentaban heridas externas, todos los daños eran internos. El equipo de voluntarios tampoco había visto ninguna huella de algún enfrentamiento en el área donde hallaron a los fallecidos. 

Los resultados de la autopsia fueron archivados y clasificados como confidenciales. Más tarde, las autoridades se refirieron a "fuerzas desconocidas" cuando les preguntaron sobre la causa de las muertes. 

La explicación más obvia apuntaba a que una avalancha había matado a los estudiantes. Sin embargo, los expertos dijeron que la evidencia no se correspondía con el típico escenario de una avalancha. 

Otro hecho extraño fue que tanto la ropa de los estudiantes como sus cuerpos habían estado expuestos a radiación. Debido a que los informes oficiales del caso todavía eran secretos, muchos especularon que el grupo había muerto durante las pruebas de un arma secreta. 

Otros han mencionado la posibilidad de que los estudiantes hayan sido atacados por los Mansis de la región, aunque son considerados gente muy pacífica. Incluso algunos de ellos habían recomendado a los estudiantes no acercarse ala montaña debido a una antigua leyenda sobre una maldición que supuestamente exigía las vidas de nueve guerreros.

En el transcurso de los años, escritores, periodistas y directores de cine han creado sus propias versiones de lo que pasó en esa montaña hace seis décadas. Pero la verdad es que hasta el día de hoy sigue siendo uno de los misterios más grandes de la era moderna.

No nos sorprende que muchos aventureros sigan visitando este paraje en la montaña envuelto con tanto misterio. Cada año en enero, muchos adictos a la adrenalina de todo el mundo se reúnen en la Montaña de la Muerte para explorar sus secretos más ocultos. Y casi cada año, la montaña se cobra más muertes; en enero de 2016, el cuerpo de otro senderista, esta vez de la zona, fue encontrado ahí. Hasta este preciso día, la Montaña de la Muerte sigue haciéndole honor a su nombre. 

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