Padre da una lección a los que lo miraron mal cuando su hija lloraba

Ser padre es un trabajo a tiempo completo. Sobre todo cuando los niños son todavía pequeños. Nada de fines de semana libres, nada de ir a un restaurante y que el pequeñín no necesite tu ayuda para comer. Cuando el estadounidense Clint Estward fue con su hija de 2 años a un restaurante, nunca pensó que el comportamiento de su hija haría que los demás clientes del restaurante lo juzgaran con sus miradas. Pero él tenía algunas palabras para esas personas:

"Estoy encerrado en mi auto con mi hija. Salimos a cenar en familia y ha tenido un berrinche porque su madre no le ha dejado lanzar trozos de pollo. Así que se ha puesto a gritar y a patalear, y como yo era el único que había terminado su comida, he tenido el placer de sacarla del restaurante. 

Cuando pasaba por la barra, he notado que todos me observaban; supongo que no tienen niños. Nadie que tenga hijos me habría mirado con esa cara llena de frialdad, con los labios fruncidos, diciendo con los ojos 'si no puedes controlar a tu hija, no salgas de casa'. Bueno... no. No puedo controlarla. No siempre. Todavía no. Tiene dos años y me va a llevar mucho tiempo que aprenda a comportarse de forma apropiada en público y la única forma que tengo de enseñarle es sacarla fuera y mostrarle qué es lo que está bien y qué es lo que está mal; decirle que no un millón de veces, dejar que pille una rabieta y volverle a decir que no. 

Estas lecciones requieren paciencia, trabajo duro y experiencias reales del mundo, y lo siento por aquellos en la barra que se enfadaron por el berrinche de mi hija, pero vosotros también formáis parte de esta práctica. Vuestros padres hicieron lo mismo con vosotros y por eso ahora sabéis reconocer que un niño está haciendo algo irritante en un restaurante. Así es como aprendisteis a ver una situación y decir 'este padre tiene que controlar a sus hijos'. Es cómo aprendisteis a ser una persona respetable. 

Lo entiendo. Los niños son irritantes cuando gritan en un restaurante. Lo sé. Lo vivo cada día. Pero antes de enfadaros y empezar a juzgar, tenéis que entender que lo que habéis visto hoy no son para nada unos malos padres, sino unos padres que trabajan duro para arreglar una situación. Lo que habéis visto es lo que hace falta para convertir a un niño en una persona".

El mensaje de Clint es tan cierto como inspirador. La gente tiende a juzgar aquello que consideran incorrecto, sin pararse a pensar si entienden por completo qué es lo que está pasando o no. La próxima vez que veas a un niño con una rabieta, párate a pensar antes de lanzar miradas acusadoras. Nunca sabes si algún día tú estarás en la posición del padre que intenta calmar a su hijo por todos sus medios. Y es que los niños, niños son y como niños se comportan.

Créditos:

Huffington Post

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