Una niña se recupera después de extraerle un pincel de la cabeza
Los médicos del hospital Novosibirsk, Rusia, nunca olvidarán el día en que recibieron a la pequeña Nastya Poltoranina con una fiebre altísima. Al principio, pensaron que se trataba de una meningitis, pero una tomografía computarizada les reveló algo que los dejó completamente mudos.
Nastya había estado en casa con Veronica, su madre. Mientras esta preparaba la cena, la niña estuvo pintando. De repente, Veronica escuchó un ruido muy fuerte y corrió a buscar a su hija de tres años, quien estaba llorando sobre el suelo. La pequeña tenía un pincel en la mano y su ojo derecho estaba hinchado.
Veronica llevó a Nastya al hospital más cercano, donde los médicos le atendieron la inflamación del ojo. Al no encontrar otros problemas, le permitieron a Veronica regresar a casa con su hija. Pero un poco más tarde, Nastya tenía una fiebre terrible. Sus padres la llevaron al hospital de nuevo y los médicos le hicieron una tomografía computarizada. Las imágenes mostraron un objeto de gran tamaño en la cavidad craneal de Nastya, un cuerpo extraño alojado en el cerebro. Los médicos no podían creer lo que estaban presenciando, pero sabían que tenían que actuar rápidamente. Así que realizaron una cirugía de emergencia para extraer el objeto intruso.
Análisis posteriores revelaron que el objeto que yacía en el cerebro de Nastya era una pieza de metal de un pincel. Veronica se quedó sin aliento al recordar el accidente que su hija había tenido mientras estaba pintando y se dio cuenta de que había pasado por alto algo muy importante. Después de la caída de su hija, solo había encontrado una de las piezas del pincel que tenía en la mano. Jamás se imaginó que la otra pieza se encontraba en el cráneo de su pequeña.
Resultó que Nastya se había clavado el pincel en el ojo derecho cuando perdió el equilibrio y cayó al suelo. El pincel se había desviado del globo ocular hacia la comisura del ojo y se había ido al cerebro. Nastya se arrancó el pincel, pero la parte de metal se quedó alojada en su cráneo. Sorprendentemente, no había hecho contacto con las arterias. De otra forma, la niña habría muerto al instante.
Le practicaron una operación de alto riesgo que duró cinco horas. Los médicos temían que la pieza de metal le hubiera provocado daños cerebrales, lo que a su vez hubiera afectado negativamente su salud en general. Pero Veronica tiene una hija con mucha suerte: la cirugía fluyó bien, lograron extraerle el objeto completamente y no hubo daños irreparables. Apenas una semana después, la pequeña mostraba una gran recuperación.
En este vídeo puedes ver la asombrosa historia de Nastya (en ruso):
A todos los niños les fascina pintar y dibujar, y ningún padre pensaría que estas actividades son peligrosas. Pero esta historia nos muestra que uno nunca exageradamente precavido cuando de niños se trata. Incluso objetos como lápices y pinceles parecen inofensivos, pero en realidad pueden causar graves daños a niños pequeños cuando no se encuentran bajo supervisión de un adulto. Veronica ha aprendido una lección muy dura, pero sigue siendo una madre muy afortunada. Y estamos seguros de que no volverá a dejar a su pequeña a solas con los pinceles.