Enfermedad en la piel la inspiró a ser la mujer más tatuada del mundo
Julia Gnuse, de 61 años, vive en Foothill Ranch, California. En general, tuvo una vida tranquila, o al menos hasta que cumplió 30. En ese momento fue diagnosticada con porfiria, una enfermedad que cubre su piel con ampollas cada vez que se expone a la luz solar. Con el tiempo, estas ampollas se convierten en cicatrices que recuerdan a las de las quemaduras de tercer grado.
Julia hizo lo que pudo para no desanimarse. Un amigo de ella, que trabajaba como cirujano plástico, le contó sobre una técnica de tatuaje que podía imitar de manera certera la textura de la piel. Julia lo intentó, pero los resultados fueron mucho peores de lo que ella esperaba.
Pero este intento fallido le dio una idea: ¿por qué no hacerse tatuajes normales? Su primer tatuaje fue un gran pulpo en la pierna. Quería ver cómo su piel iba a tolerar el tatuaje. Este fue el primero antes de una larga lista, a la que agregó también dibujos animados, retratos de cantantes y actores, etc. Las imágenes eran numerosas y originales. Mientras el tiempo pasaba y sus cicatrices se multiplicaban, igualmente lo hacían sus tatuajes.
En el año 2011, Julia fue premiada con el premio Guiness por ser la mujer más tatuada del mundo. El 95% de su cuerpo está actualmente cubierto de tatuajes. Se ha gastado más de 75.000$ dólares en más de 400 tatuajes, que incluyen imágenes de los Sex Pistols, personajes de Disney e, incluso, un autorretrato.
Lo que comenzó como una tragedia terminó convirtiéndose en una gran aventura. Julia se ha hecho famosa en ciertos círculos; incluso hizo una aparición en el video musical de Aerosmith para la canción “Pink”. Ahora es conocida como “The Illustrated Lady” (La mujer ilustrada;: y no me extraña, considerando que ha llevado el arte en el cuerpo a otro nivel.
La apariencia de Julia llama seriamente la atención cuando está en la calle. Según esta “adicta al tatuaje” cuenta, “a la mayoría de la gente le encanta. Se acercan y me dicen lo magnífico que creen que se ve”.
Incluso si los tatuajes de Julia no son tu opción, tienes que admitir que esta mujer tiene coraje. ¿Cuántas personas pueden recuperarse así ante una enfermedad tan terrible? Todo lo que podemos decir es: ¡Bien hecho!