Mujer paralizada parcialmente, encuentra el amor tras una embolia

La inglesa Riona Kelly tuvo que vivir dos tragedias en 2015. Un lamentable giro del destino afectó su corazón, y otro, sus piernas. Pero entre todas esas dificultades, encontró la felicidad de forma inesperada.

En marzo de ese año, esta madre de cuatro hijos sufrió una embolia que le dejó las piernas paralizadas. Perdió la sensibilidad por completo de cintura para abajo. Pero el colmo fue la reacción miserable de su marido. 

Después de la embolia y de 14 años de matrimonio, se divorció de ella. "En ese entonces, yo necesitaba a mi marido más que nunca", dijo Riona.

"Después de que mi marido me abandonara en el hospital, mi amiga Sarah se convirtió en parte de mi familia. Ella y los niños me apoyaron durante toda mi recuperación". Solo cinco días después de que Riona ingresara en el hospital, su marido, Richard, inició los trámites del divorcio.

Sobre su separación, Richard aseguró: "Le dije a Riona que quería el divorcio una mañana antes de su embolia, no tiene nada que ver con que estuviera en el hospital. Mientras ella estaba ingresada, la visité tanto como pude en las noches. Tenía que ocuparme de los niños, de la casa y de administrar un negocio".

"Ahora que miro hacia el pasado, me doy cuenta de que era muy desdichada en mi matrimonio, pero habíamos creado una vida juntos y teníamos responsabilidades", explicó Riona.

"Después de cinco días en el hospital, me comunicaron que tardaría entre seis meses y un año en recuperarme. En ese momento me sentí derrotada, pero tenía que ser fuerte por mis hijos" relató. 

Los médicos también le pronosticaron que podría dar sus primeros pasos en las seis semanas siguientes, pero no logró mover las piernas, por lo que su equipo médico llegó a la conclusión de que no volvería a caminar nunca más.

Dos semanas después de este dictamen y tras muchas horas de fisioterapia, Riona dejó a los doctores con la boca abierta. Dio sus primeros pasos con la ayuda de las barras paralelas. Y aún había más buenas noticias: alguien más había llegado a su vida. 

Riona conoció a su entrenador personal, quien estaba encargado de ayudarla a aliviar sus problemas físicos. Sin embargo, enseguida se desarrolló un vínculo muy fuerte entre la paciente y su entrenador. 

"Después de nuestras sesiones, Keith  y yo seguimos en contacto, me preguntaba cómo seguía, y nuestra relación amorosa floreció entre esas conversaciones. Hemos estado juntos los últimos 11 meses, los niños se llevan muy bien con él, y por fin siento que estoy viviendo la vida que me merezco", contó Riona. Keith y su hija ahora forman parte de la familia.

Riona entrenó muy duro y logró dejar el hospital después de cuatro meses. Solo usa su silla de ruedas para trayectos largos, e incluso ha participado en maratones subida en ella. Y al lado de Keith, su nuevo amor, se las ha arreglado para superar la época más difícil de su vida. Después de todo lo que le ha pasado, sin duda se merece ser muy feliz. 

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