Nacen dos niños 123 días después de la muerte cerebral de su madre

Una gran tragedia que tuvo lugar en el sur de Brasil terminó convirtiéndose en un pequeño milagro. Frankielen Padilha, de 21 años, estaba embarazada de mellizos cuando sintió un punzante dolor de cabeza, así que llamó a su marido, Muriel, para que la llevara al hospital. 

"Mi esposa dijo que sentía que el dolor de cabeza la estaba matando. Le propuse que se tomara un analgésico. Entonces me explicó que también tenía un dolor muy agudo en la espalda y el cuello; era tan fuerte que sentía que se iba a desmayar", relató Muriel. 

Se dirigió de inmediato a casa, donde encontró a su esposa en un estado lamentable: estaba temblando y llorando, se sentía mareada y vomitaba sin parar. "Cuando llegamos al hospital, me dijeron que tenía que prepararme para lo peor. Ella se quedaría ahí, no podría regresar a casa en mucho tiempo".

Los médicos le diagnosticaron una hemorragia cerebral. Después de tres días de análisis exhaustivos y escáneres, llegaron a una terrible conclusión: Frankielen presentaba muerte cerebral, y sus hijos perecerían en poco tiempo. La pareja ya tenía una hija, así que no solo Muriel perdería a su esposa y a sus hijos, sino que la pequeña Isa Beatriz se quedaría sin su madre ni sus dos hermanos aún no nacidos. 

"[Los médicos] me explicaron que mis hijos no tendrían más de tres días de vida debido a todas las tomografías computarizadas que le habían hecho a mi esposa y a los analgésicos y antibióticos tan fuertes que le habían suministrado. Todo esto había tenido un efecto negativo en los bebés que estaban dentro del útero", contó Muriel. 

Contra todo pronóstico, los mellizos no murieron y los órganos internos de Frankielen permanecieron intactos, por lo tanto, tuvieron que permanecer en terapia intensiva hasta que nacieran los niños. De hecho, los pequeños siguieron creciendo durante 123 días más dentro del vientre de su madre muerta.

De esta forma, los niños pudieron experimentar un poco de amor maternal. Los empleados del hospital de Nuestra Señora del Rocío cantaban para los bebés y hablaban con ellos. También decoraron la habitación y la cama de Frankielen con fotos de ella. 

Una cesárea les permitió a los médicos traer a estos pequeños al mundo de forma prematura: al nacer, Ana Vitoria pesó 1.4 kg, y Asaph, 1.3 kg. Ambos se quedaron tres meses en la incubadora. Ahora la madre de Frankielen, Angela Silva, se encarga de cuidar a sus nietos mientras Muriel trabaja.

Angela se refiere a Frankielen con las siguientes palabras: "Estoy muy orgullosa de mi hija. Fue muy duro perderla, fue una guerrera hasta el final; protegió y les dio vida a sus hermosos hijos hasta el último día que estuvo con nosotros".

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