El comediante Patton Oswalt se enfrenta a la muerte de su esposa

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El año pasado, Patton Oswalt tuvo que enfrentar un duro golpe del destino. El actor, famoso por su papel en la exitosa serie "El rey de Queens", descubrió al despertar que su esposa yacía muerta a su lado. Mientras trata de asumir esta pérdida, abrió su corazón en este conmovedor mensaje de Facebook.

El 21 de abril de 2016, la vida de Oswalt cambió para siempre cuando se dio cuenta que su esposa, Michelle, escritora de novelas policíacas, había muerto mientras dormía. Solo tenía 46 años de edad, y las causas de su muerte siguen sin estar completamente claras. 

Después de las investigaciones correspondientes, los médicos forenses creen que la muerte de Michelle se debió a una enfermedad cardíaca que no fue diagnosticada en su momento y que se complicó con varios medicamentos que había estado tomando. Su enfermedad de corazón le había obstruido las arterias. Michelle ingería analgésicos, así como Xanax (un ansiolítico) y Aderall (un medicamento para problemas de concentración), lo que agravó su padecimiento cardíaco y le provocó la muerte. 

Kathy Hutchins/ Shutterstock.com

El afectado marido expresó su conmoción en este estremecedor mensaje de Facebook...

"Gracias, dolor: 

Gracias por hacer que la depresión se parezca a aquel niño escandaloso y agresivo. La depresión es el chico más alto de la cuarta clase que te daba de latigazos en la parte de atrás de la cabeza en el patio de la escuela, seguro de que ningún maestro iba a venir en tu ayuda. 

¿Y el dolor? El dolor es Jason Statham sosteniendo la cabeza de este bravucón en los servicios y después quejarse con el profesor frente a toda la clase porque tiene un golpe en la cabeza. El dolor hace que la depresión se oculte cobardemente detrás de ti y te disculpe por ser tan idiota. 

Si pasas 102 días pensando día y noche en UNA sola cosa puedes hacer milagros. Hacer una película, escribir una novela, matarte practicando artes marciales, meterte heroína, aprender una lengua, viajar alrededor del mundo. Enamorarte de alguien, lograr que se vuelvan a enamorar de ti.

Pero 102 días a merced del dolor y de la pérdida son como 102 años, y tienes mucha mierda que mostrar. No estás físicamente sano. No te sientes "más sabio". No hay final. No tienes "perspectiva" o "resiliencia" o "sentido de identidad". En cambio, tienes un sólido conocimiento del miedo y del agotamiento, y un nuevo concepto del azar y del horror del universo. Y te das cuenta de que 102 días no son más que el comienzo de lo que te espera.

Y...

Percibirás nuevos niveles de humanidad, gentileza e inteligencia por parte de tu familia y amigos. Estarán ahí para apoyarte física y emocionalmente en formas que te harán pensar profundamente y decirte: "No te olvides de hacer lo mismo por alguien más algún día". Gente completamente extraña te enviará mensajes sinceros y conmovedores por Facebook y Twitter, o alguien averiguará tu dirección y te enviará cartas que conservarás y leerás varias veces porque sabes que te ayudan mucho. ¿Y si eres padre? Desearás tener la misma edad que tus hijos, porque la forma en la que asimilan la desesperación y la alegría están en un nivel más puro, con el cual tendrás que reconectar para retroceder por los años de cinismo calcificado y desprendimiento irónico.

Pierde el control y estarás salvado.

Michelle McNamara fue expulsada del planeta y murió hace 102 días. Dejó atrás un libro extraordinario sin terminar que trata de una serie de terribles asesinatos que todos, incluso algunos detectives de homicidios retirados con los que trabajó, estaban seguros que ella resolvería. "The Golden State Killer", así lo tituló en un artículo para la revista Los Angeles Magazine. Pensaba descubrir el nombre real que había detrás. 

Dejó a Alice, su hija de 7 años. Pero no sin antes infundirle lo mejor de ella, como una música muy hermosa en un CD que grabó para ella y se lo envió dentro de una nave espacial.

Y me dejó. Llevo 102 días en esto.

Estuve con la cabeza abajo e inmóvil por semanas. Han pasado 102 días y con toda seguridad puedo decir que he alcanzado ese punto en el que me estoy arrastrando. Lo que, objetivamente, significa una mejora. Quizás en 102 días seré capaz de caminar. 

Las pocas fuerzas que he logrado reunir desde el 21 de abril las he usado para terminar el libro de Michelle. Con la ayuda de algunas personas maravillosas. Será publicado. Les avisaré. Todo es de ella. Solo tomamos lo que estaba ahí y estamos dejando que el material nos indique cómo darle forma. Es increíble. 

Y yo voy voy a empezar a bromear otra vez muy pronto. Y a escribir. Y a actuar y a hacer las cosas que me gustan y a trabajar con amigos en proyectos y a realizar todo aquello que tenía el privilegio de hacer antes de que el aire encendiera el fuego alrededor de mí y mi sol muriera. Es todo lo que yo sabía hacer antes de conocer a Michelle. No sé qué se supone que debo de hacer ahora sin ella. 

Y no lo hago porque "es lo que a Michelle le hubiera gustado que yo hiciera". Para mí, presumir de saber lo que Michelle quería que yo hiciera sería el colmo de la arrogancia. Esta fue una de las múltiples razones por las que yo traté de envejecer con ella. Siempre me sorprendía. Nunca sabía qué estaba pensando o hacia dónde se dirigía. 

Está bien, volveré a ser gracioso muy pronto. ¿Qué otra opción me queda? La realidad forma parte de la espiral de la muerte y, al parecer, todos estamos viviendo en una incesante y amenazadora pesadilla-pantano. Todos somos arrastrados por el reino sombrío de la fatalidad, comandado por odiosos lunáticos dispuestos a enviar nuestro planeta a toda velocidad hacia el olvido.

Ey. ¡Ahí está esa sonrisa que echaba de menos!".

Las palabras de Patton muestran una increíble cordura tomando en cuenta que perdió al amor de su vida tan repentinamente.

Kathy Hutchins/ Shutterstock.com

Gracias al maravilloso apoyo de su familia, amigos y, sobre todo, a su hija Alice, el actor se las está arreglando para seguir adelante con su vida y mirar hacia el futuro. Asimilar una pérdida tan trágica nunca es fácil, pero al menos Patton parece mostrar una sabia actitud ante los hechos y está convencido de que lo esperan días mejores. 

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