Monja de claustro ayuda a transexuales a pesar del qué dirán

Una monja de Argentina se ha hecho conocida por un polémico hecho: ayuda a personas que han sido rechazadas, violentadas y discriminadas por la sociedad desde tiempos inmemoriales. Muchos se preguntarán por qué el ayudar a alguien desamparado podría ser polémico. Pues bien, la respuesta es: única y exclusivamente porque se trata de transexuales.

Las personas transexuales son aquellas que nacieron con un sexo biológico, pero que se sienten complemente pertenecientes a la identidad sexual contraria. Popularmente se dice que “nacieron en el cuerpo equivocado”.

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Mónica Astorga Cremona es una monja de clausura del monasterio de las Carmelitas Descalzas en Neuquén, Argentina. Hace 11 años conoció por primera vez a Katiana Villagra, una transexual que se prostituía desde la adolescencia, era alcohólica y se había contagiado de sida. Al ver la vida miserable en la que “Katy” estaba sumida, Mónica no pudo mirar hacia el lado e inmediatamente sintió la obligación de ayudarla.

Ya en su primera conversación Mónica recibió el choque de realidad. Cuando le preguntó a Katy cuáles eran sus sueños, la respuesta que obtuvo fue: “Yo quiero una cama limpia para morir”. ¿El motivo? Katy ya tenía más de 40 años, más de la esperanza de vida de una trans. Las estadísticas son escalofriantes: el 80% de las mujeres transexuales de Latinoamérica mueren antes de tener 35 años, la mayoría son brutalmente asesinadas. Los transexuales son, en su mayoría, discriminados, expulsados de las escuelas y rechazados por sus familias. Viviendo en la calle, lamentablemente no encuentran muchas otras maneras de sobrevivir que acudiendo a lo único que podría darles dinero: prostituirse.

Antes de conocer a Katy, Mónica pensaba como la mayoría de los católicos, es decir, que los transexuales vivían en pecado y que debían ser condenados. Sin embargo, cuando se acercó a ellos y pudo ver con sus propios ojos lo dura que es su vida, todo cambió: "No las aceptaba nadie", cuenta Mónica. "Tenían que salir a prostituirse después de las 2 de la mañana, porque antes estaban los más jóvenes que les tiraban piedras y botellazos. Y tenían que esconderse antes del amanecer, porque a la mañana los padres llevan a los chicos al colegio. Por eso yo digo que son y siguen siendo la basura de la sociedad: la basura se saca a la noche y de día tiene que desaparecer para que la ciudad amanezca limpia”.

Mónica vio que Katy y sus amigas eran buenas personas que no merecían seguir llevando una vida así. Es por ello que decidió ayudarlas a abandonar la prostitución y el alcohol para encontrar un trabajo distinto. Fue difícil, pero con mucho esfuerzo lograron que Katy empezara a trabajar de costurera. 11 años después, ya tiene su propio taller, que se llama "Renacer", y no ha probado una gota de licor desde hace más de 4 años. Ya no necesita el alcohol, porque tiene una vida que puede enfrentar completamente sobria, orgullosa de sí misma. 

Desde que ayudó a Katy, Mónica no se detuvo: le ha tendido su mano a más de 90 transexuales para que abandonen la vida de la calle, darles un nuevo hogar, un nuevo trabajo y, en fin, una nueva vida... una que ellas nunca pensaron que podrían tener, todo gracias a que alguien creyó en ellas, les dio una oportunidad y vio más allá de los horribles estigmas que la sociedad les ha achacado. 

Es mucha la gente que desaprueba el trabajo que realiza Mónica. Sin embargo, ella sigue adelante: "El otro día, una tía me gritó 'tantos niños abandonados y vos protegiendo a esos trolos enfermos, habría que matarlos a todos'. Me dolió mucho, aunque agradezco recibir esos insultos porque me ayudan a sentir lo que sienten ellas desde que se levantan hasta que se acuestan", dice Mónica. 

Parece ser un camino cuesta arriba, pero poco a poco personas como Mónica siguen dándonos a entender que jamás debemos juzgar a una persona sin conocer su historia y sufrimiento. Si lo pensamos bien, ¿quién en su sano juicio pensaría que alguien quiere vivir en la miseria si no es por algo de lo que está 100% seguro? Como enfatiza la monja Mónica, si no te gustan, no los dañes. Dejemos de perpetuar la violencia y discriminación contra otras personas que, como todos nosotros, merecen respeto. 

Puedes ver un corto video con las palabras de la monja Mónica a continuación:

Créditos:

infobae

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