Niña rica urde plan para darle algo a niño sin recursos

Un hombre estaba buscando un regalo de Navidad de última hora. Aún le faltaba una muñeca para su sobrina; por eso, estaba en la zona de las barbies. Por el rabillo del ojo vio a una niña muy bien vestida. Emocionada, revolvía entre las muñecas mientras en una mano sostenía un fajo de billetes. Su padre permanecía a su lado sonriente. La niña se volvía constantemente hacia su padre, le mostraba una barbie y le preguntaba: "¿tengo suficiente dinero para esta?". "Sí", le respondía el padre. Sin embargo, ella seguía buscando. Se notaba que estaba disfrutando. 

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Entonces llegó a la tienda un niño pequeño con su padre. Este caminaba lentamente junto a las estanterías del otro lado. La ropa que llevaba parecía heredada; la chaqueta le iba un poco grande. También llevaba dinero en la mano, pero no mucho; como máximo, 5 dólares. Estaba mirando un videojuego de Pokémon. 

Cuando se lo mostró a su padre, este movió con tristeza la cabeza. Al mismo tiempo, el hombre oyó a la niña riendo alegremente al otro lado de la tienda. Había encontrado una muñeca: una Barbie con ropa preciosa y montones de extras. Pero al alzar la vista, vio cómo el niño devolvía el videojuego a su sitio. 

Entonces se detuvo pensativa un segundo, mientras el niño tomaba tristemente un libro de pegatinas en su lugar. Entonces se dirigió a otro departamento con su padre. La niña dejó la Barbie en la estantería y corrió hacia los juegos de pokémon, donde tomó el juego que el niño acababa de soltar. Entonces susurró algo al oído de su padre, y los dos se dirigieron a la caja. 

El padre también había hecho sus compras y estaba tras su hija en la cola. Esta pagó el juego, pero cuando la cajera se lo fue a devolver, le susurró algo. La cajera soltó una risa breve y escondió el juguete bajo la caja. 

La cara de la niña se iluminó por completo cuando vio que el niño triste estaba también en la cola con su padre. 

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Entonces les llegó el turno al niño y su padre. Tras pagar el libro de pegatinas, el cajero de pronto exclamó: "¡Felicidades! Eres mi cliente número 100 de hoy. ¡Eso quieres decir que has ganado un premio!" Con estas palabras, le tendió el juego al atónito niño. Cuando vio que era exactamente el juego que quería, una enorme sonrisa en la cara se dibujó en la cara del niño.

Pero lo que ocurrió entonces es realmente increíble. De camino al coche, el hombre oyó al padre preguntarle a su hija por qué lo había hecho. Y la respuesta de ella fue: "Papa, ¿no me dieron los abuelos ese dinero para que comprara algo que me hiciera realmente feliz? ¡Pues eso es exactamente lo que hice!" Y, tras estas palabras, se subió al automóvil. 

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¡Qué preciosa historia! Esta niña es verdaderamente increíble. Si su acto de bondad te conmovió, comparte esta historia con todos tus amigos. 

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