Un chico se reencuentra con su salvador 25 años después

Robin Barton tendría que haber muerto hace 25 años. Ese era el destino que su madre le había garantizado cuando lo tiró a la basura. Por suerte, hubo un factor que le dio una segunda oportunidad de vivir.

El año era 1989. Michael Buelna, policía de la ciudad californiana de Santa Ana, patrullaba por un barrio cuando escuchó un ruido extraño que provenía de un contenedor de basura. Al principio pensó que solo sería un gato. Pero nada más lejos. 

Cuando empezó a revolver entre la basura, encontró algo que no olvidará jamás: un bebé recién nacido. "Me di cuenta de que aún tenía el cordón umbilical y estaba cubierto de mocos; toda la basura y la grava se pegaba a él", recuerda Michael. "Se veía que aún reaccionaba cuando le intenté dar un poco de aire".

El bebé había nacido 4 horas antes y su peso apenas llegaba a los 2 kilos. Tras ponerlo a salvo en el hospital, la policía no tardó en encontrar a su madre: una chica de solo 19 años que asustada decidió abandonar a su recién nacido a su suerte. Fue condenada a 3 años de cárcel por poner en peligro a su hijo y por intento de asesinato.

El matrimonio de Elizabeth Barton y Daniel Fernandez fueron los que adoptaron al bebé, al que llamaron Robin. Su familia le propició un entorno seguro donde era querido y le pudieron brindar una segunda oportunidad en su vida.

25 años más tarde, su familia le reveló su secreto a Robin, ya que él no sabía de sus tormentosos orígenes. Cuando descubrió la verdad, no dudó en intentar encontrar al agente responsable de su salvación. Y Robin lo consiguió: conoció a Michael, que ahora está ya retirado, y pudo darle un abrazo. Michael también fue abandonado de pequeño, por lo que sabe lo difícil que puede ser encontrarse a uno mismo cuando tus propios padres no se quieren hacer cargo de ti.

Daniel Fernandez, el padre adoptivo de Robin, también pudo conocer al salvador de su hijo en ese encuentro: "Tuve la oportunidad de darle la mano, mirarle a los ojos y decirle 'gracias por salvarle la vida'", comenta. 

Tras este emocionante reencuentro, Robin intentó encontrar a su madre, que tras salir de la cárcel se mudó a México. Por el momento no han podido verse, pero sí que pudo hablar por teléfono con ella. "No estoy enojado o molesto con ella, y la perdoné porque era una mujer joven en una posición muy comprometedora", cuenta el joven de su charla con su madre.

Conmovedor, ¿verdad? Robin, si no fuera por Michael, nunca hubiese tenido la oportunidad de vivir. Sin embargo, decidió perdonar a su madre por lo que hizo. Es obvio que a pesar de todo se ha convertido en una gran persona. ¡Bien por él!

Créditos:

acb7news, lifedaily

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