Su novio la tiró del coche en marcha y se recuperó de forma asombrosa

Era el 2 de junio de 2011. La vida de la estadounidense de 23 años Megan Torio iba tal y como siempre quiso. Tras años de estar descontenta con su cuerpo, había logrado perder 40 kg. Incluso apareció en la portada de una revista de fitness, y todo gracias a su duro entrenamiento.  

Pero ese 2 de junio su vida cambió para siempre. En esa época Megan vivía con su novio en Florida. Ese día iban en la furgoneta de él, cuando se enzarzaron en una acalorada discusión, durante la cual su novio perdió los nervios. A una velocidad de 100 km/h, este se inclinó sobre Megan y abrió la puerta de su lado de par en par. Entonces, agarrándola por el hombro, la tiró fuera del vehículo en marcha. 

Cuando recuperó la consciencia, tenía todo el cuerpo dolorido. Cuando fue empujada del coche, se estrelló con una señal de tráfico y solo sobrevivió porque la encontraron a tiempo y la llevaron de inmediato al hospital. Pero sus heridas parecían sacadas de una película de ciencia ficción: se rompió la columna vertebral, 6 costillas y la clavícula. Además, aterrizó de tal manera que se le desgarraron los labios vaginales.   

Megan fue operada de urgencias inmediatamente. Pero cuando despertó de la anestesia recibió una terrible noticia: Megan ha quedado paralizada de cintura para abajo y probablemente nunca podrá volver a andar. Megan ha tocado fondo: siente que ha perdido toda su vida e identidad. Pero cuando le dan de alta en el hospital, decide que no se va a rendir: va a luchar. Los médicos no le dan esperanzas de que pueda volver a hacerlo, pero ella poco a poco comienza a poder entrenar.  

Incluso se atreve a ejercitar las piernas, e intenta ponerse de pie sin ayuda constante. Sobre el primer intento recuerda: "el dolor que sentí fue como si alguien me conectara a la corriente eléctrica". Pero ella tenía un objetivo. Y un día sucedió algo que los médicos llamaron un milagro: al doblar la pierna derecha, ¡se le movió un músculo!

Ahora sabe que podrá conseguirlo. Con paciencia, Megan entrena para fortalecer sus atrofiados músculos. Un año después, su cuerpo entero está mucho más fuerte. Ha recuperado el control sobre su vejiga e intestinos. Cada día adelanta dos pasos. Con la confianza recuperada, incluso se atreve a tener citas de nuevo. 

Entonces conoció a su marido actual, Rod. En su primera cita, ella aún estaba en silla de ruedas pero en la segunda ya andaba con bastón. "Tuvo que ver lo fuerte que soy en realidad", cuenta ella entre risas. Un año después, en su boda, Megan puede sostenerse de pie sin ayuda. "Tras la operación de mis labios vaginales, incluso conseguí recuperar mi deseo sexual", dice, divertida.   

Hoy, 5 años después del terrible suceso, únicamente sus tobillos no pueden moverse tanto como antes, y su entrenamiento sigue dando sus frutos. Hoy está casi irreconocible e incluso mejor que antes. 

Orgullosa muestra su abdomen duro como el hierro; con todo el derecho, porque lo ha conseguido gracias a incansable esfuerzo. 

Es increíble la fuerza que tiene esta mujer. Su férrea fuerza de voluntad le ha permitido superar todos los obstáculos y nos demuestra lo que es capaz de conseguir el ser humano. 

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