La extraordinaria historia de un luchador profesional deformado

Maurice Tillet nació en 1903 en los Montes Urales, Rusia. Hijo de padres franceses y apodado más tarde el "Ángel Francés", el pequeño Maurice era un niño como cualquier otro.  

Maurice creció y se convirtió en un hombre muy inteligente con un particular talento para los idiomas y la literatura. ¡Se cree que el políglota hablaba 14 idiomas! Pero cuando cumplió 17 años, sus padres notaron algo muy extraño: la cara de Maurice comenzó a deformarse, sus manos y pies se hincharon. Después supieron que sufría acromegalia, una rara enfermedad que provoca que los huesos de las extremidades crezcan sin control. Esta enfermedad es muy difícil de diagnosticar, ya que afecta a los huesos muy lentamente. 

 

En la universidad, Maurice pronto tuvo que olvidar su sueño de convertirse en abogado, porque su enfermedad atacó también a sus cuerdas vocales. Se metió entonces en la marina, donde pasó 6 años terribles en los que sufrió todo tipo de humillaciones debido a su aspecto. 

Frustrado, decidió instalarse en Estados Unidos. 

 

En su nueva casa, fue donde Maurice se convirtió en un luchador profesional. Su inusual aspecto le valió el sobrenombre de "el monstruoso ogro del cuadrilátero". Con su imponente figura, Maurice infundía terror en los corazones de sus adversarios y fue subiendo progresivamente en los rankings hasta convertirse en campeón mundial de los pesos pesados en 1944. 

 

Pero eso no fue todo. Su sorprendente apariencia atrajo a la gente de Hollywood e incluso llegó a tener un pequeño papel en una película que protagonizaba Josephine Baker. 

El campeón mundial murió prematuramente a la edad de 51 años. Maurice había sido una persona muy reservada durante toda su vida y murió solo, pero dio permiso para que crearan un molde de su cara que todavía se puede ver en Pennsylvania a día de hoy. 

Aquí puedes ver a Maurice en acción:

Aunque padecía una enfermedad muy rara con la que vivir puede ser muy difícil, fueron la aflicción y el dolor los que dieron forma al destino de Maurice. Desaparecida su mejor apariencia física, se convirtió en campeón del mundo y vivió una vida llena de aventuras, en la que incluso apareció en la gran pantalla. La historia de Maurice nos enseña que la belleza se puede encontrar en muchas formas y que el hecho de ser "diferente" no es excusa para excluir a alguien. 

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