Donadores de sangre salvan a una mujer después de dar a luz

Mary y Jerry Gay, de Georgia (EE.UU.), eran los felices padres de tres niños adorables y estaban esperando la llegada del cuarto. Cuando Jerry se enteró de que su esposa iba a dar a luz antes de la fecha indicada, mientras él se encontraba en Oriente Medio, sabía que tenía que encontrar la forma de regresar a casa y estar con ella. 

El embarazo había empezado muy bien, pero en la semana 30, los médicos descubrieron una anomalía en el ultrasonido. Resultó que Mary presentaba placenta adherida, una alteración que consiste en el crecimiento anormal de la placenta, que provoca que se adhiera a la pared uterina. Los médicos creían que tal vez se debía a las cicatrices de las cesáreas que le habían practicado anteriormente, cuando nacieron los tres primeros niños.

En casos como este, existe un riesgo muy alto de que la placenta se quede bloqueada en el útero incluso después del nacimiento del bebé, lo cual puede conducir a hemorragias graves, a menudo letales. 

Así que cuando Jerry se enteró de que el embarazo se había complicado, pidió inmediatamente un permiso de emergencia para poder estar con su esposa. 

Cuando empezó el parto, los médicos se prepararon para lo peor. Se aseguraron de tener listas más de 30 unidades de sangre para la transfusión. Obviamente, Mary y Jerry estaban muy nerviosos. 

A pesar de todos sus temores, la cesárea salió bien y Mary perdió una mínima cantidad de sangre. Los cirujanos sintieron un gran alivio. El bebé nació de forma prematura y, por lo tanto, le tuvieron que colocar un respirador, pero por lo demás, gozaba de buena salud. 

Por fin Jerry y Mary pudieron suspirar de alivio. Jerry recuerda: "A estas alturas, me sentía eufórico, todo salió mucho mejor de lo esperado".

Pero desafortunadamente, la situación empeoró de un instante a otro. Resultó que Mary no estaba fuera de peligro todavía. 

Cuando despertó de la anestesia, sentía unos dolores terribles. Empezó a sangrar abundantemente y la tuvieron que llevar rápidamente al quirófano para operarla de emergencia. 

Jerry esperaba ansiosamente recorriendo los pasillos del hospital de ida y vuelta. Después de 90 minutos sin escuchar nada, empezó a temer lo peor. "Fue la hora y media más larga de mi vida", relató. 

Mary estuvo luchando por su vida en el quirófano. Los médicos se enfrentaron a la difícil tarea de detener la hemorragia mientras le extraían la parte afectada del útero. Fue un procedimiento complejo que requirió de una habilidad extraordinaria. 

Las unidades de sangre que no habían sido necesarias durante la cesárea, resultaron vitales durante el transcurso de la operación. Le tuvieron que poner las 30 unidades para mantenerla con vida. Por fortuna, Mary sobrevivió a la cirugía, pero le llevó mucho tiempo recobrar la salud. 

Ya en la sala de recuperación, Mary pudo ver a su marido. Tenía un respirador porque aún estaba muy débil, pero estaba consciente y sabía que el padre de sus hijos estaba a su lado. 

Fue una experiencia muy angustiante, pasaron de un embarazo perfecto a una complicación muy grave, y después a una cesárea exitosa, seguida por una operación de emergencia para salvarle la vida. Mary y su familia tuvieron que vivir muchas situaciones límite; sin embargo, lograron superar todos los obstáculos.

Sus amigos y familiares estaban impactados por la experiencia de Mary y le ofrecieron su ayuda incondicional. La sencilla y generosa respuesta de Mary fue: "Solo vayan a donar sangre".

Una historia hermosa y trágica al mismo tiempo. Gracias a numerosos donantes de sangre anónimos, Mary sobrevivió a este suplicio que por poco le cuesta la vida. Es una importante lección acerca de la importancia de la donación de sangre, así que hazlo en cuanto puedas. 

Créditos:

Fox 5

Little things

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