Amenaza con matar a su hijo si no contesta al teléfono

Lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en una madre a solas con su hijo pequeño es la de una mujer jugando con su niño y cuidando de él. Lo hacemos porque, por suerte, esa imagen es más común. Pero, por desgracia, no siempre es así. Hay personas a las que no se las puede dejar solas con un niño, ni aunque este sea su propio hijo.

Ojo, este artículo tiene imágenes que pueden herir tu sensibilidad.

La tailandesa Nareumon Jampasert, de 28 años, temía que su marido la estuviese engañando con otra. Y no se le ocurrió otra forma de llamar su atención que usando a lo que más quiere en el mundo: el hijo que tienen en común.

Su esposo, Jakrit Saisupan, de 32 años, había pasado más tiempo de lo normal en el trabajo y no contestaba las llamadas que Nareumon le hacía. Para vengarse de su marido, grabó un vídeo con su teléfono móvil en el que ahorcaba a su hijo de un año con una cuerda.

Tras lanzarlo a la cama con brutal fuerza, le dirigió estas amenazas a su marido: "Tú te preocupas mucho por la gente. Este es tu hijo. Esto es una cuerda. Míralo, no está muerto, aún no lo he matado. Lo llevaré a morir a algún lugar. Si no regresas para llevártelo, tendrás que esperar a ver qué pasa hoy si no me contestas el teléfono".

Aquí tienes el vídeo:

Al recibir el perturbador vídeo, Jakrit se lo reenvió a su madre y a su hermana, quienes lo compartieron en las redes sociales para pedir ayuda y llamar la atención de la policía. Cuando esta llegó al apartamento de la madre, la detuvieron y se apresuraron en comprobar que el niño no estaba herido. Y así era: el pequeño no presentaba heridas ni daños físicos serios.

Pero sí daños psicológicos. Los traumatizantes maltratos que Nareumon hizo a su hijo le pueden costar la custodia. Entre lágrimas, en una rueda de prensa, la madre declaró: “Tomé al bebé y quería hacer algo que hiriera a mi marido”.

Ahora la policía tiene que dictaminar si esta madre realmente tiene derecho a pasar más tiempo con su propio hijo o no. Esperemos que, sea cual sea el resultado, el pobre niño no vuelva a pasar por algo similar.