Adoptan a bebé de 1 año que dejan en casa abandonada
Los habitantes de la ciudad rusa de Yaroslavl, justo al norte de Moscú, nunca olvidarán esta historia: un día, unos transeúntes oyeron a un bebé llorando en una casa. Al principio no le dieron mayor importancia, al fin y al cabo, todos los bebés lloran. Pero cuando el llanto continuó no solo durante horas, sino durante días, y ni una sola vez vieron luz en esa casa, finalmente llamaron a la policía.
Cuando los policías entraron a la casa, se quedaron en shock: una niña que parecía tener tan solo 1 año de edad estaba sentada en el salón a oscuras, completamente sola. Ella estaba tumbada en el suelo sucio, llorando y, aparte de ella, la casa entera estaba vacía. Parecía que los dueños se habían mudado, llevándoselo todo con ellos... ¡excepto a su bebé!
La pequeña fue llevada inmediatamente al hospital, donde los doctores determinaron que tenía la cadera rota, estaba muy hambrienta y profundamente cansada. La pobre niña probablemente había pasado una semana entera en esa casa, completamente sola.
Resultó que la pequeña se llamaba Liza Verbitskaya, pero cuando la policía buscó a sus padres, se encontraron con las manos vacías. La familia simplemente había desaparecido. Tras su estancia en el hospital, Liza iba a ser enviada a un orfanato donde iba a ser dada en adopción.
Y entonces llegó Inna Nika.
En ese preciso momento, Inna estaba visitando a su propio hijo en el hospital. Cuando oyó a un bebé llorar en la habitación contigua, sintió el impulso de comprobar que todo estaba bien, y así fue como conoció a Liza y se enteró de su triste historia. Desde ese entonces Inna le llevó pañales y juguetes.
Inna ya tenía dos hijos y, hasta ese momento, nunca se había planteado adoptar. Pero cuando llegó el día en el que Liza tenía que irse del hospital, Inna se dio cuenta de que no podía vivir sin la pequeña. "Pregunté por la dirección del lugar a donde la llevaban y fui lo más rápido que pude. ¡Ni siquiera sé cómo llegué allí!"
Varios meses después, los papeles para la adopción estaban listos y Liza se mudó a su nuevo hogar con Inna y su familia. En aquel entonces tenía casi 2 años, no podía comer comida sólida y le tenía pavor a los ruidos fuertes. Un año después, todavía no podía andar apropiadamente. Inna decidió apuntarla a clases de danza con la esperanza de que la música la ayudara a desarrollar una mayor consciencia de su propio cuerpo.
Y funcionó. Gracias al baile, junto con todo el amor y cuidado de su madre adoptiva, Liza se transformó pronto en una niña sana y feliz. Cuando comenzó la escuela, nadie hubiera creído que esta era la misma chica que fue abandonada por sus padres y dejada a su suerte en una casa vacía.
Como su aspecto les parecía muy "exótico" para muchos a su alrededor, la pequeña atraía mucha atención. Algunos niños de la escuela la molestaban, llamándola "gitana" y "chocolate". Pero Liza tenía la habilidad de no dejarse afectar por estos comentarios. "No se avergüenza de quién es," cuenta Inna. "Cuando era pequeña, le dije: 'La gente siempre se te quedará mirando, ¡estate preparada para ello!'"
Con el paso del tiempo, la chica de 12 años ha ganado numerosos concursos de belleza y de talento, e incluso ha realizado su primer trabajo como modelo adolescente.
Poco después de que Liza ganara una de esas competiciones y se volviera famosa por ser "la chica más guapa del país", su madre biológica pareció haberse dado cuenta de pronto de que el bebé que tan fríamente había abandonado 11 años antes tenía que ser esta célebre niña. Ella localizó a Liza e insistió en su derecho de ver a su niña de nuevo. Pero se le negó ese derecho; al fin y al cabo, ni siquiera podía explicar por qué abandonó a su bebé detrás de una casa y nunca volvió a buscarla. Ella había perdido todo el derecho de contactarla.
Ahora solo Liza podrá decidir si alguna vez quiere volver a ver a su madre biológica.
El amor realmente salvó a esta niña. Es maravilloso ver cómo, con un poco de cariño y cuidado, una vida que comenzó de manera desdichada ¡ha resultado ser un verdadero éxito!