Vuelve con su ex y la ayuda criar a sus trillizas ciegas y sordas

Liz Dunn solo tenía 17 años cuando vio a George Hooker por primera vez. Ambos iban al instituto. Cuando se conocieron, él se enamoró a primera vista, aunque luego le llevó un tiempo armarse de valor para acercarse a ella. Cuando finalmente lo hizo, empezaron una relación maravillosa, que en el transcurso de los años se convirtió en una soprendente odisea. 

Youtube/Robert Stump

Ambos estaban muy enamorados y pasaron dos años juntos. Pero seguían siendo muy jóvenes para formalizar su relación. 

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A los 19 años, Liz se dio cuenta de que la universidad no era para ella y se alistó en la Marina. George solo recibió algunas cartas de Liz antes de que ella le contara que había conocido a otra persona. Y fue así como ese puro amor juvenil llegó a su fin. O al menos así fue por una década.

La persona con la que Liz empezó una nueva relación se convirtió en su marido y padre de su hija Sarah. Vivían cerca de Houston, Texas. Cuando Sarah tenía tres años, Liz quedó embarazada por segunda vez, pero el matrimonio se rompió al poco tiempo. El marido abandonó a Liz con su pequeña hija y el hijo que aún llevaba en su vientre. Puede sonar muy duro, pero las adversidades que le esperaban a Liz no habían hecho más que comenzar.

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Liz no solo estaba esperando un hijo, sino tres. Ahora tenía que criar a cuatro hijos ella sola. Más tarde, en la semana 23, se le rompió la bolsa de líquido amniótico. Los médicos lograron retrasar el parto algunos días, pero finalmente dio a luz por cesárea a tres niñas muy pequeñitas: Emma, Sophie y Zoe.

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Cada una pesaba medio kilo aproximadamente. Debido a que eran tan prematuras, tuvieron daños permanentes en la vista. De hecho, las tres quedaron completamente ciegas. 

Durante su larga estancia en el hospital, les tuvieron que suministrar antibióticos para combatir otras complicaciones, lo que les provocó la pérdida del oído. A los dos años, las trillizas carecían de este sentido totalmente. Las hijas de Liz son las únicas trillizas en el mundo ciegas y sordas (según registros oficiales). Silencio y oscuridad.

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Poco tiempo después, Liz se sentía agobiada por las circunstancias. 

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Por supuesto, no pudo seguir trabajando. Ahora tenía que dedicar las 24 horas del día a cuidar a sus hijas, así que las posibilidades de tener una vida feliz en familia no eran halagüeñas ni mucho menos.

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Entonces alguien surgió de la nada y se puso en contacto con ella: George. Liz estaba muy emocionada... y angustiada. ¿Qué iba a pensar al verla en tal situación?

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No obstante, George, seguía siendo la misma persona de antes y cuando volvió a ver a Liz, se enamoró de ella una vez más. Pero desconocía en qué estado estaban sus hijas. ¿Cómo reaccionaría? Liz tenía tanto miedo. 

Nadie podría haberse imaginado su respuesta ante tan complicada familia: sin dudarlo ni un instante, decidió quedarse al lado de Liz. Se convirtió en la pareja solidaria que Liz necesitaba para cuidar a sus cuatro hijas. 

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Las pequeñas, quienes ahora están bien equipadas con aparatos auditivos y pueden escuchar algunos sonidos, han hecho muchos progresos desde que su madre cuenta con la ayuda de este gran compañero y aliado.

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Mira este conmovedor e informativo documental, "A través de tus ojos" (Through Your Eyes) acerca de los Hookers y de otras familia que tienen niños con ceguera (en inglés):

¡Qué historia de amor! La fuerza y dedicación que Liz ha mostrado como madre de estas niñas discapacitadas es capaz de inspirar hasta a las piedras. Y por si fuera poco, George decidió luchar junto a ella por elección propia. 

A ambos les preocupa no darles la suficiente atención a sus hijas, pero como puede verse, están haciendo un fantástico trabajo. ¡El amor y la entrega que demostraron frente a estos desafíos hacen que uno recobre la fe en la humanidad!

Créditos:

Littlethings

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