Increíble: unos padres crían un niño sin notar que no era su hijo
Cuando Lessie y Percy Dunbar de Louisiana emprendieron el camino con sus hijos Bobby y Alonzo para pasar el día en el lago Swayze un soleado día de agosto de 1912, no tenían idea de lo que les esperaba. Si hubieran sospechado algo, lo más probable es que nunca hubieran salido de casa. Pero los eventos de ese día tuvieron repercusiones hasta muchos años después, en el 2004.
Es imposible reconstruir lo que pasó exactamente, pero una cosa es cierta: ese día, Bobby, que en ese entonces tenía cuatro años de edad, desapareció sin dejar rastro. La policía buscó por todos los rincones del lago y el área de alrededor, pero parecía que el niño simplemente se había desvanecido en el aire. Los Dunbar tuvieron que vivir la pesadilla más temida de cualquier padre.
Ocho meses después, la policía tocó a las puertas de la casa de los Dunbar. Sorprendentemente, los oficiales tenían buenas noticias: habían encontrado a Bobby sano y salvo.
Habían capturado a un vendedor viajero de Mississippi llamado William Cantwell Walters, quien se encontraba con un niño pequeño cuyas características correspondían a las de Bobby. Pero Walters insistía en que el niño era Bruce Anderson, hijo de Julia Anderson, una amiga que le había pedido que lo cuidara.
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Los Dunbar se dirigieron de inmediato a Mississippi para recoger a su hijo. Pero la gente que presenció la supuesta reunión tiene versiones diferentes de lo que pasó. Algunos recuerdan que el niño gritaba: "¡Mami!". Y otros aseguran que cuando el pequeño vio a los Dunbar, solamente lloró.
Después sucedió algo aun más raro: la pareja no estaba segura de que ese niño fuera realmente su hijo. Lessie notó que sus ojos eran mucho más pequeños que los de Bobby y mientras le estaba dando un baño también notó un lunar de nacimiento idéntico al de su hijo. Al final, decidieron llevarse al niño a casa, y todos en el pueblo celebraron el regreso de Bobby.
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Pero no se trataba simplemente de un final feliz. Julia Anderson, la amiga del vendedor, juraba que el niño era su hijo. Era una mujer que trabajaba en el campo, madre soltera de tres niños. Ya había dado a su hija en adopción y a otro bebé que había muerto al nacer. En ese entonces, a las mujeres en la posición de Julia no se las consideraba "respetables" ni se les daba ninguna credibilidad. Los periódicos escribieron cosas terribles sobre ella, la tacharon de analfabeta y estúpida, incluso la acusaron de ser prostituta.
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Pero Julia insistía en que el niño que los Dunbar se habían llevado a casa era su hijo. Finalmente, las autoridades la colocaron frente a cinco niños de la misma edad, incluido el niño en discordia, y le pidieron que reconociera a su hijo. Entonces Julia tuvo el mismo problema que los Dunbar: no estaba segura.
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¿Cómo es posible que los padres fueran incapaces de reconocer a su propio hijo? ¿Acaso se debía al estrés, a la confusión y a la enorme presión que pesaba sobre ellos? La única cosa que estaba clara era que los Dunbar se encontraban en mejores circunstancias que Julia. La madre soltera no pudo pagar un abogado que la representara, lo que la llevó a perder la custodia de su hijo. La corte desestimó sus demandas y el niño regresó a casa de los Dunbar.
Julia nunca más volvió a ver a Bobby—o a "Bruce", como ella lo llamaba—. Empezó una nueva vida y tuvo otros siete hijos. Todos ellos recuerdan a su madre hablando de Bruce, el hijo que los Dunbar le habían robado.
Bobby se convirtió en un adulto y tuvo cuatro hijos antes de su muerte, en 1966. Muchos años después, la nieta de Bobby, Margaret Dunbar Cutright empezó a investigar por su cuenta. Revisó los viejos periódicos y entrevistó a los hijos de Julia Anderson. Su objetivo consistía simplemente en demostrar que su abuelo era en verdad Bobby Dunbar, pero cuanto más investigaba, más dudas tenía sobre el caso.
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En 2004 Bob Dunbar, el hijo de Bobby Dunbar, finalmente aceptó someterse a una prueba de ADN para salir de dudas de una vez por todas. Cuando le entregaron los resultados, todos estaban en shock: Bob Dunbar hijo no tenía ninguna relación genética con Alonzo Dunbar, el "hermano" de su padre. Después de todos estos años, por fin estaba claro: el niño que la policía había encontrado hacía muchos años no era Bobby.
En este breve documental puedes conocer más detalles sobre el extraño caso de Bobby Dunbar:
Hasta el día de hoy, sigue sin estar claro qué pasó aquel fatídico día de agosto en el lago Swayze. ¿Bobby realmente desapareció? ¿Sus padres trataron de ocultar un accidente para protegerse de cualquier sospecha? ¿Fue secuestrado y sus padres estaban tan desesperados por recuperarlo que realmente creyeron que el niño que había encontrado la policía era Bobby?
Cualquiera que sea la razón, los Dunbar terminaron criando un niño que no era de ellos simplemente porque la sociedad de aquel tiempo le negó cualquier tipo de credibilidad a la madre. Es muy probable que Bobby haya tenido una infancia feliz, pero fue el resultado de un trato injusto hacia su verdadera madre. Aunque el análisis genético haya aclarado una vieja pregunta, sigue existiendo otra aún sin responder: si el bebé que criaron los Dunbar no era de ellos, entonces, ¿qué pasó con su hijo Bobby?