Conmovedor: Madre e hija se reencuentran después de 82 años

¿Te imaginas tener un bebé y que el gobierno te separe de él? Eso es justo lo que le pasó a Lena Pierce. Solo tenía 14 años cuando se quedó embarazada allá por 1933. Dio a luz a una hija, Eva May, y, a pesar de su corta edad, la cuidó con mucho cariño y amor. Pero el estado de Nueva York pensó que una chica tan joven no podría ser una buena madre y decidió quitarle el bebé y darlo en adopción. Seis meses. Ese es el tiempo que Lena pudo pasar con su bebé. 

La pequeña Eva fue adoptada por una familia de Florida que le cambió el nombre a Betty Morrell. Sin embargo, la vida de esta chica no sería un camino lleno de rosas: sus padres adoptivos la cuidaron de forma excepcional, pero cuando tenía 21 años, su madre falleció. A su padre le ocurrió lo mismo un tiempo después. Sin hermanos ni hermanas, Betty estaba sola en este mundo. Así que decidió empezar la búsqueda de su madre biológica. 

No fue nada fácil. Su adopción fue cerrada y no tenía ninguna pista por la que empezar. Pero a su tía se le escapó una información muy importante. Le dijo que su nombre era Eva y añadió: "¿Sabes que naciste en Utica?". Llamando a los hospitales de Utica (Nueva York, EEUU) consiguió su certificado de nacimiento y gracias a la ayuda de la página ancestry.com, se puso en contacto con una de las otras hijas de Lena Pierce, Millie Hawk. 

Así fue como el pasado 15 de enero madre e hija se pudieron reencontrar después de más de 8 décadas. Lena tenía 96 años y Betty, 82. 

"No había ninguna conexión, nada que me atara a nadie", dijo Betty. "Y aun así, pasó, ella estaba viva y habíamos podido hablar por teléfono... Fue como si todo se hubiera terminado. En este momento, mi vida está completa".

Si quieres ver el momento del bonito reencuentro entre madre e hija, pincha en este vídeo (en inglés):

La búsqueda de Betty duró 50 años, pero al final consiguió conocer a su madre biológica. Una historia que nos enseña que la vida en ocasiones es injusta y que no hay que darse por vencido a pesar de las dificultades.