Se tira un pedo en clase de yoga y se va corriendo avergonzada

Laura Mazza es la cara detrás del blog Mum on the Run, donde cuenta sus experiencias como madre. Y lo último que ha contado ha dejado a todos con la boca abierta. Resulta que Laura sufre separación de los músculos abdominales desde su último embarazo y su médico le ha recomendado ir a clases de yoga para acabar con el problema. Sin embargo, la clase no fue todo lo bien que a ella le habría gustado. 

"Me gustaría haberme inventado esta historia, pero desafortunadamente es real", comenzaba contando Laura en la página de Facebook de su blog. Y es que la pobre sufrió desde el primer momento que puso un pie sobre el suelo de la clase de yoga: "Entramos en la clase y todo estaba oscuro y había velas por todos lados. Madre mía, esto era yoga de verdad". Laura sigue contando que todos sus compañeros estaban hablando entre ellos y con la profesora, y ella estaba escondida en una esquina esperando que nadie se diera cuenta de su presencia. De repente, todos empiezan a quitarse los calcetines y ahí se da cuenta de que no se ha depilado los dedos de los pies, solo los tobillos por si el pantalón se le subía un poco. La tensión y el nerviosismo empiezan a apoderarse de ella. 

Empieza a mirar a todas las mujeres de la sala con sus pantalones apretados y perfectos; ella que se había puesto unos pantalones viejos que había encontrado por casa. Todas llevan una manicura perfecta y ella está allí sin moverse de su esquina escondiendo sus "pies de hobbit". Pero, de repente, los peores temores de Laura se hacen realidad: la profesora repara en su presencia y empieza a hablar con ella. Nerviosa, contesta lo mejor que puede. Y entonces llega el momento de empezar con las posiciones: a medida que iba haciendo una y otra, Laura comienza a sentirse mejor y más segura de sí misma. "¡El yoga se me da muy bien!", pensaba la chica. Pero entonces, escuchó sus intestinos. 

Resulta que Laura tiene el síndrome del intestino irritable y sus pedos "huelen como a una mezcla de tomates podridos y una planta de incinerado", según sus propias palabras. Vamos, que huelen fatal. Y entre medio de dos posiciones, Laura se inclina y un pedo sale disparado. Sin que ella pueda evitarlo. Casi se muere del susto, hasta que se da cuenta de que todo el mundo está callado y nadie parece haberlo notado. ¡Bien! Pero lo que pasa después... es lo que la hará morirse de la vergüenza. 

Ahí siguió Laura intentando hacer todas las posturas hasta que vio que la profesora se iba acercando uno a uno a sus alumnos y les empujaba un poquito la espalda para abajo para lograr que se estiraran más. Y cuando llegó el turno de Laura... bueno, la profesora tiró de su espalda y en ese mismo segundo un pedo muy sonoro parecido al sonido que hace una trompeta salió disparado. Todos lo escucharon y ella lo sabía. Rápidamente se levantó, intentó recoger su esterilla de yoga, agarró sus calcetines, zapatos y demás pertenencias, y salió corriendo hacia la puerta mientras todos la miraban con cara de incredulidad sin entender nada. 

La pobre estaba tan disgustada que terminó en el McDonald's comiéndose un helado mientras lloraba y reía a la vez, y escribía su historia en Facebook. Sobra decir que esa fue la primera y última experiencia de Laura en una clase de yoga. 

Créditos:

Bored Panda

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