Un californiano "re-fabrica" lápices de colores y los reparte gratis
Casi todos los restaurantes de hoy intentan que sus clientes más bajitos estén contentos. Menús para niños, sillas altas e incluso libros y lápices de colorear para amenizar su espera mientras les sirven la comida. Todos estos entretenimientos hacen las delicias de los niños de Bryan Ware y suelen amenizar todas sus reuniones familiares. ¡Tantos libros para colorear! Pero en una celebración familiar, cuando todo acaba y dejan el restaurante, Bran ve algo que no lo deja tranquilo.
Bryan ve que todos los lápices de colores van a la basura y no puede creerlo. Algunos han sido utilizados incluso una sola vez; es un auténtico desperdicio tirarlos. Esa misma noche Bryan empieza a investigar por Internet y descubre algo impensable: cada año 35 toneladas de lápices de colores acaban en la basura, solo en EEUU. ¡Difícil de creer, pero cierto!
Bryan no quería que este desperdicio se siguiera produciendo, así que fue directamente al restaurante donde habían celebrado su comida familiar y sacó los lápices de colores de la basura. Además, le pidió al encargado que guardara todos los lápices que sobraran desde entonces. De camino a casa hizo lo mismo en otros 6 restaurantes. Este fue el comienzo de "The Crayon Initiative" (la Iniciativa de los Lápices de Colores).
Cada semana llenan varias cajas de lápices. Con la ayuda de un amigo, Bryan los funde en su propia cocina...
... y los unen formando nuevos lápices con la ayuda de máquinas especiales. En todos los colores del arcoiris.
Cada vez que repiten el proceso hacen 96 lápices de colores. Bryan los hace un poco más gruesos para que los niños los puedan agarrar mejor.
Pero, lo mejor de todo es que Bryan no lo hace para ganar dinero...¡sino todo lo contrario!
Bryan reparte los lápices de colores que crea a hospitales y escuelas de California. ¡Y gratis!
Sus pequeños "clientes" están contentísimos con sus lápices y prácticamente se los quitan a los hombres de las manos. Los chispeantes ojitos de estos dos enfermos de cáncer son suficiente recompensa por sus esfuerzos.
"Si estos pequeños lápices de colores ayudan a estos valientes niñitos a olvidarse un rato de su enfermedad, estamos haciendo algo bien".
¡Sabias palabras, Bryan! Qué idea tan genial y altruista. ¡Bryan es ciertamente un ejemplo para el mundo!
Las buenas acciones comienzan muchas veces a partir de pequeñas ideas como esta. No necesitas millones de dólares para hacer que las cosas cambien; solo algo de ayuda y esfuerzo.
Muéstrales a tus amigos la maravillosa idea de este padre normal y corriente, y ¡comparte esta historia con todos tus conocidos! Así otros sabrán que también pueden ayudar.