Pesadilla: lagartija trepa en la herida de la pierna de este hombre

Seanan McGuire vive en California del Norte y es una exitosa escritora de novelas fantásticas. Pero cuando era más joven trabajaba en urgencias de un refugio animal especializado en reptiles. Con frecuencia, recibían lagartos y serpientes de dueños que los habían comprado en un arrebato de entusiasmo y los habían abandonado tiempo después al darse cuenta de todo el trabajo que implica cuidarlos y mantenerlos. 

Un día, a mediados de los años 90, McGuire recibió una llamada urgente de un hospital local. Una voz nerviosa le dijo desde el otro lado de la línea: "Tenemos a un hombre con un lagarto en la pierna".

McGuire pensó que no había escuchado bien, pero ciertamente se trataba de un caso para un especialista en reptiles, así que ella y su equipo se dirigieron a la clínica. Al llegar, se toparon con un hombre que estaba sobre una camilla con la pierna derecha cubierta de sangre y una expresión de dolor intenso en el rostro. Estaba rodeado por varios médicos, enfermeras y asistentes que mostraban tanto asco como fascinación. 

Los trabajadores del refugio animal estaban confundidos. ¿Cuál era el problema? ¿Por qué nadie había curado la herida del paciente? ¿Y dónde estaba el lagarto del que les habían hablado?

Todas sus dudas quedaron resueltas un momento después cuando un lagarto asomó la cabeza de la herida y les lanzó una mirada amenazante a todos los presentes. 

"Por favor, sáquenlo de ahí", dijo uno de los doctores. "Trató de morder a una de las enfermeras". 

Enseguida les contaron todo lo que había pasado: el paciente había acampado en un área restringida y despertó en medio de la noche junto a un lagarto en su tienda de campaña. Cuando el animal trepó en su pierna, el hombre perdió completamente el control y entró en pánico. 

Agarró un cuchillo y empezó a apuñalar al lagarto. ¡Para su mala suerte, le falló el tino y terminó clavándose el cuchillo en la pierna!

Y para colmo, cuando el hombre desenterró el cuchillo con todas sus fuerzas, el lagarto siguió sus instintos y reaccionó de forma normal en casos amenazantes: trepó hasta la abertura más cercana para refugiarse ahí; en este caso, la herida abierta. Una vez dentro, el lagarto se dio la vuelta hasta alcanzar la abertura con la cabeza y se colocó en una posición defensiva. 

Fue así como el paciente terminó con un furioso lagarto dentro de la herida de su pierna.

El reptil estaba dispuesto a proteger su escondite a toda costa, ¿acaso no tenía derecho?

Finalmente, Seanan se acercó al hombre de la camilla y saludó al pequeño invasor con una voz amigable: "¿Cómo estás?". Como respuesta, recibió un desagradable silbido.

Esta experta en reptiles empezó a mover su dedo frente a la cara del reptil para provocarlo, y su estrategia funcionó como por arte de magia. Enseguida, el lagarto arremetió contra su guante y lo mordió con todas sus fuerzas. Seanan lo atrapó rápidamente y lo sacó de la herida. El lagarto no se daba por vencido y seguía mordiendo el guante mientras parte de su cuerpo colgaba en el aire. 

Los empleados del refugio lo llamaron"Bowie" y lo pusieron en un contenedor para reptiles. El personal de la clínica y el paciente herido les agradecieron su ayuda.

McGuire lamenta no haber tenido una cámara a la mano para grabar todo el rescate en vídeo. Hoy en día, nunca falta alguien con un 'smartphone' a la mano para filmar toda la situación. Así que esta odisea pasará a la historia a la vieja usanza; será contada, recontada, y ojalá que no la tomen como si fuera una leyenda. 

Bowie vivió otros seis años en un terrario, y, según todos los testigos, tuvo una vida feliz. ¿Y el hombre que se acuchilló a sí mismo por accidente tratando de matar a un indefenso animal? Al parecer, a nadie le importa lo qué pasó con él. 

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