Con solo 17 años, es la ganadora más joven del premio Nobel de la Paz

Malala Yousafzai nació el 12 de julio de 1997 en Mingora, Paquistán, una ciudad controlada por los talibanes.

Fue educada principalmente por su padre, Ziauddin, un poeta y un activista a favor de la educación, encargado de una escuela para niñas. 

El padre de Malala insistía en tratar a su hija exactamente igual que a sus hermanos, una actitud que va completamente en contra de las tradiciones de casi toda la sociedad paquistaní. Por ejemplo, incluyó a su hija en el registro familiar, en el cual suelen aparecer solo los varones de la familia. Y siempre le daba permiso a Malala de quedarse despierta hasta tarde para discutir sobre política.

Cuando Malala tenía 11 años, su padre la llevó al club de prensa local en Peshawar, donde podía participar en las discusiones con los demás miembros, todos ellos adultos. Ella protestaba firmemente contra el régimen Talibán, que prohibía la educación para las niñas. El discurso de Malala se titulaba "¿Cómo se atreven los talibanes a eliminar mi derecho básico a la educación?".

El público estaba impresionado con la niña. Después de todo, hablar en contra de los talibanes suponía un riesgo muy alto.

El padre de Malala estaba profundamente sorprendido: era evidente que su hija tenía un talento especial para hablar en público. Malala siempre decía que quería convertirse en médico, pero a partir de aquel momento, su padre estaba decidido a guiarla en su carrera política.

A los 12 años, Malala comenzó a escribir en secreto un blog para la BBC, bajo una identidad falsa. Se describía como una chica muy joven de Paquistán y trataba temas relacionados con los derechos de las niñas y las mujeres. 

Pero entonces, descubrieron su verdadera identidad.

Malala se hacía cada vez más famosa en Paquistán y en todo el mundo occidental. 

Recibió varios premios internacionales por su compromiso, su valor y su transparencia.

Durante la ceremonia de entrega de uno de estos premios, Malala declaró que no pertenecía a ningún partido político, pero que estaba pensando en fundar uno. En ese entonces, solo tenía 14 años. 

A nadie le sorprendió que el régimen talibán no estuviera dispuesto a aceptar que una niña desafiara su autoridad. Fue denunciada a través de la radio pública y amenazada de muerte. 

En octubre de 2012, un hombre con el rostro cubierto abordó el autobús escolar en el que viajaba Malala. Gritó: "¿Quién es Malala? ¡Hablen o los mato a todos!". Cuando Malala se puso de pie, el hombre le disparó tres veces.

Malala sobrevivió al ataque, pero su vida pendía de un hilo. La trasladaron al Instituto de Cardiología Rawalpindi, donde logró recuperarse lo suficiente para poder viajar a Birmingham, Inglaterra, para recibir un tratamiento especial. La familia también se mudó a Birmingham para acompañarla en su recuperación.  

Malala había recibido un disparo en la cabeza, pero afortunadamente, no tenía daño cerebral. Después de una cirugía para reparar su cráneo, se recuperó de forma increíble. 

La valiente chica no dejó que el atentado la desanimara y continuó trabajando incansablemente en su campaña a favor del derecho a la educación de las mujeres y de su independencia. 

En 2013, Malala fue preseleccionada para el Premio Nobel de la Paz, mismo que ganó en 2014. Solo tenía 17 años de edad, así que se convirtió en la persona más joven en recibir este prestigioso reconocimiento. 

El mismo año, publicó su autobiografía, Yo soy Malala. La joven que defendió el derecho a la educación y fue tiroteada por los talibanes. 

En 2015, se estrenó el documental Él me llamó Malala.

Puedes ver el tráiler aquí:

En este vídeo (en inglés) encontrarás más información sobre la intensa vida de Malala: 

Debido a que muchas zonas del mundo siguen sometidas por regímenes totalitarios caracterizados, entre otras cosas, por ideologías antimujeres y antieducación, la voz de Malala sigue siendo de vital importancia. Muchas de sus frases ya han pasado a la historia: "Con armas puedes matar terroristas, pero con la educación puedes matar el terrorismo".

Todavía hay muchos países donde las mujeres no tienen acceso a la educación y están atrapadas en culturas que las consideran poco más que esclavas de la población masculina. Malala es la voz que ellas necesitan. 

En lo que se refiere a su propia educación, espera matricularse en una universidad británica este otoño y estudiar ciencias políticas, filosofía  y economía.