Anciana ve a una madre en apuros y la ayuda de una manera inolvidable

Todos hemos tenido algunos de esos días en los que absolutamente todo va mal. Todos desearíamos que, de repente, alguien apareciera y nos librara de la mala suerte del día. Y esto es justo lo que le pasó a Kristin Sherman, una mamá de dos niños que el día de Año Nuevo fue sola con sus dos pequeños a comprar algo para hacer una pequeña cena para despedir el año. Evidentemente, en un día tan señalado todo salió mal. Pero no contaba con que alguien que la estaba observando se decidiera a tenderle una mano. Su historia la contó en Facebook:

"Ayer por la noche estuve al borde de las lágrimas en el aparcamiento de Essexville Meijer cuando vi que la leche que había dejado sobre el auto se caía y estallaba contra el suelo. Antes, había conseguido comprar algunas cosas que necesitaba y unos snacks para nuestra sencilla fiesta de Año Nuevo con dos niños muy cansados. Conseguí moverme por la tienda escapando de las aglomeraciones de jóvenes.

Ahora, la leche que tanto necesitaba estaba esparcida por el suelo. Puede parecer algo sin importancia hasta que tienes a dos niños cansados en sus asientos con el cinturón puesto, uno de ellos está llorando y estás al final del aparcamiento porque es Año Nuevo. A quién se le ocurre ir a comprar con niños el día de Año Nuevo, ¿verdad?

Pero no sabía que había alguien observándonos. Devolví el carrito justo al lado de ese auto. Una mujer salió y dijo: 'Siento mucho que se te haya caído la leche. Yo soy abuela, así que sé cómo te debes sentir. Deja que vaya dentro y te compre otra'. Contesté que no, que no hacía falta. No podía dejar que esta señora tan mayor hiciera algo así por mí. Ella insistió. Al final, accedí porque sabía que mis niños necesitaban su leche por la noche. Me dijo que esperara, que volvería rápido. 

Esperé y ella volvió. Me ofrecí a pagarle. No quiso. Le rogué que aceptara algo de dinero. No quiso. Entonces, dijo: 'Feliz Año Nuevo'. Le di las gracias, un abrazo y me metí en el auto. ¡Me compró el cartón de leche que había perdido, más otro más y una tarjeta de regalo del supermercado! Esa mujer no sabe lo que su gesto de amabilidad significó para mí. Estaba exhausta y derrotada, y la generosidad de esta desconocida me hizo llorar como un bebé. 

Muchas gracias. En 2017 deseo que todos podamos ser un poco más como ella. Espero que la mujer que me ayudó esa noche vea esto. Compartidlo si así lo deseáis. Menos odio y más amor es mi deseo para 2017". 

Un deseo que, sin duda, muchos de nosotros compartimos. ¡Mucha suerte y ánimo a todas las familias que alguna vez se han visto desbordadas por todo lo que tienen que hacer al cabo del día! 

Créditos:

Little things

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