Una madre quiere salvar vidas a costa de su propio bebé

Keri y Royce Young están felizmente casados y son los orgullosos padres de un niño de dos años llamado Harrison. Esta pareja de Oklahoma soñaba con tener un segundo hijo desde hacía algún tiempo, así que se pusieron locos de alegría cuando se enteraron de que Keri estaba embarazada de nuevo. Mientras el vientre de Keri crecía, la pareja empezó a prepararse para la llegada del bebé. Al enterarse de que esperaban una niña, comenzaron a buscar un nombre y a decorar su habitación. Todo parecía marchar de acuerdo al plan. Pero en la semana 20 del embarazo, el médico notó algo extraño en el ultrasonido. 

En un abrir y cerrar de ojos, los sueños de la pareja se rompieron en mil pedazos. Después de revisar el ultrasonido, el médico llegó a una terrible conclusión: su hija no sobreviviría mucho tiempo después de nacer. A pesar de que sus órganos estaban perfectamente formados, su bebita padecía anencefalia, una enfermedad poco frecuente que causa deformidades en el cráneo y evita que el cerebro se desarrolle correctamente. 

La esperanza de vida para bebés que sufren anencefalia suele ser de pocas horas. Keri tenía que elegir entre interrumpir el embarazo o seguir con el mismo hasta el final. Fue una decisión muy dura, pero tenía las cosas claras.

Keri ha decidido dar a luz a su hija, lo que significa que tendrá que continuar con el embarazo otras 20 semanas y enterrarla poco después de su nacimiento. Pero tiene una muy buena razón para hacer esto: quiere donar los órganos para salvar la vida de otros niños. 

Los Young decidieron que su hija se llamaría Eva. Y también tuvieron la idea de publicar una crónica en Facebook de todo lo que están haciendo durante el resto del embarazo. Ha sido un tiempo extremadamente difícil para la pareja, pero también han aprendido mucho el uno del otro. Royce escribió en un mensaje de Facebook: "Estaba viendo a mi linda esposa durmiendo tranquilamente en el sillón. La miré descansando allí, con su enorme vientre y nuestra hija dando de pataditas, una hija que no vivirá más de unos cuantos días, y me impresiona que sea una mujer tan increíble".

Con frecuencia, Keri tiene problemas para dormir, y ella y Royce han derramado muchas lágrimas juntos. Pero se están apoyando mutuamente y no se arrepienten de su decisión. Saben que han hecho lo mejor. 

Keri reconoce que se había imaginado todo muy diferente. Deseaba una hija sana que creciera con alegría, celebrara cumpleaños, fuera a la escuela, se convirtiera en adolescente, conociera chicos... Pero Eva nunca vivirá todas esas cosas. Keri está consciente de todo esto y ni siquiera intenta ocultar su tristeza y su dolor. Es sorprendente ver cómo ambos se han enfrentado a este reto y están haciendo todo lo que está en sus manos para obtener lo mejor de la situación.

Es evidente que los Young son una pareja muy especial. Están haciendo un gran sacrificio que ayudará a salvar muchas vidas y están transformando una tragedia en algo muy positivo. Han infundido esperanza a muchas personas, en lugar de caer en la desesperación. Y, por eso, merecen toda nuestra admiración y respeto. 

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