Médicos extraen una bola de pelos del estómago de una niña de 10 años

Advertencia: el siguiente artículo contiene imágenes que podrían perturbar a algunos lectores.

Cuando los padres de una niña de 10 años de Kemerovo, Rusia, se dieron cuenta de que su hija se mordía constantemente su largo cabello, creyeron que se trataba simplemente de un mal hábito que desaparecería con el tiempo. Pero después empezó a quejarse de dolores de estómago muy intensos, los cuales se presentaban con fiebre y náuseas. Sabían que podría tratarse de algo muy malo y la llevaron al hospital. Los médicos le tomaron una radiografía y se quedaron sin palabras cuando descubrieron cuál era el problema.

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Al principio, los médicos creían que se trataba de una intoxicación alimentaria. Sin embargo, después de examinar los rayos X cuidadosamente, concluyeron que tenía una enorme bola de pelo en el estómago. Nunca habían visto algo así, pero de una cosa estaban seguros: tenían que practicarle una operación de emergencia para retirarla. Después de dos horas de cirugía, lograron extraer el amasijo de cabello del estómago de la niña; y aun así, no lo podían creer: ¡la bola de pelo medía casi 50 centímetros de largo! No es raro encontrar cabellos ingeridos en el estómago de las personas, pero nunca antes habían visto una maraña como esta.

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Después de la exitosa operación, los médicos explicaron cómo se había formado el mazacote gigante. Resultó que la niña había tenido problemas en la escuela, sus compañeros de clase se burlaban de ella y la acosaban constantemente. Como consecuencia del estrés, la niña se mordía sus largas trenzas y se tragaba las puntas de los cabellos. Estos pelos se acumularon en su estómago y formaron una bola que se hizo cada vez más grande, lo que provocó una irritación en el recubrimiento del estómago. Por suerte, los médicos lograron extirpar el amasijo antes de que se convirtiera en un peligro mortal. 

Por lo general, tragar cabello no es peligroso; pero en este caso, el cuerpo de la niña no pudo tolerar tal cantidad de pelos. Esto podría haberle causado complicaciones graves en el sistema digestivo. Afortunadamente, ahora se está recuperando de la operación. Ojalá que logre superar la compulsión de comerse el cabello y conservar la salud. Al parecer, ahora tiene una mejor relación con sus compañeros de clase, lo que le ayuda a reducir la ansiedad que le provocó en un principio la aparición de este hábito. 

¿Quién hubiera pensado que un hábito nervioso podría ser tan peligroso? A menudo pensamos que el estrés es un problema de adultos, pero este ejemplo nos muestra que incluso los niños pueden resultar severamente afectados por este estado nervioso.

 

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