Adolescente salva un caballo moribundo que se encontró en la carretera
Kelsey, una chica de Illinois, vive con su madre en una granja de caballos. Es una apasionada de la equitación y su amor por los animales no tiene límites. Pero un día, mientras iba en el coche con su madre, descubrió algo que le puso los pelos de punta.
Mientras Kelsey miraba los campos que la rodeaban por la ventana del coche, notó un bulto extraño tendido sobre la hierba.
Le pidió a su madre que detuviera el coche, y cuando se bajó, un escalofrío le recorrió el cuerpo al mirar su hallazgo: tenía frente a ella una yegua tan desnutrida que parecía un esqueleto. El pobre animal estaba exhausto y, obviamente, padecía dolores intensos.
Kelsey y su madre se quedaron sin palabras, nunca antes habían visto algo como esto. Con mucho cuidado, ayudaron a la pequeña yegua a sostenerse en cuatro patas, tarea que no resultó demasiado fácil. Trataron de subirla a su camioneta, pero estaba tan asustada que permaneció inmóvil y se negó a colaborar.
Sin embargo, Kelsey no tiró la toalla. Lo último que pensaba hacer era dejar a la pobre criatura sola a un lado de la carretera. Al ver que subirla a la camioneta no iba a funcionar, a Kelsey se le ocurrió una idea. Tomó a la yegua por el freno y empezó a conducirla por el campo. Lento pero seguro, caminaron de regreso hasta la granja de la familia.
Se tardaron cuatro horas en recorrer casi 15 kilómetros, pero Kelsey tuvo mucha paciencia. Mientras caminaban, Kelsey le murmuraba palabras de aliento a la pequeña yegua.
Por fin llegaron, pero lo peor no había terminado. El animal se encontraba en condiciones terribles y necesitaba atención médica urgentemente. Padecía tal grado de inanición que se le veían los huesos a través de la piel, y su lomo estaba cubierto con marcas de látigo.
Sus patas presentaban heridas profundas...
… y tenía una severa infección en los ojos.
La yegua estaba tan hambrienta que probablemente había escapado en busca de comida. Kelsey y su madre no podían creer que alguien la hubiera maltratado terriblemente para abandonarla después.
A pesar de ser rescatada, las probabilidades de que sobreviviera no eran muy grandes, y Kelsey lo sabía. Pero eso no le impidió hacer todo lo que estuvo en su manos. Durmió cuatro noches en el establo, durante las cuales tuvo que despertarse cada dos horas para revisar a su singular paciente.
Incluso la madre de Kelsey estaba sorprendida de su entrega. "Yo habría dormido con la yegua como mucho una o dos noches", confiesa.
Kelsey le puso a la yegua "Sonny", y a los pocos días empezó a dar señales de que lograría sobrevivir a pesar de todo.
Kelsey siguió cuidando a Sonny, y cuando la yegua sanó completamente, empezó a entrenarla para competiciones. ¡Qué recuperación tan asombrosa!
Puedes ver toda la increíble historia en este vídeo (en inglés):
¡Sonny es una yegua con mucha suerte! Si Kelsey no se hubiera asomado por la ventana del coche, habría muerto sin que nadie lo notara. Pero ahora tiene un nuevo hogar donde la quieren y la valoran mucho. ¡Qué bien lo hiciste, Kelsey!