Lágrimas de alegría: se reúnen con sus rescatadores 28 años después

El 7 de diciembre de 1988 ocurrió una de las peores catástrofes del siglo XX en Armenia. Un espeluznante terremoto eliminó docenas de ciudades y pueblos de la faz de la tierra. Más de 25.000 personas perdieron la vida, y más de 100. 000 resultaron gravemente heridas. 

Gente de todas partes del mundo donó tiempo y dinero para ayudar a las víctimas del terremoto de Spitak.

Kazbek Kuzaev, un joven cirujano del estado de Osetia del Norte, en ese entonces controlado por los soviéticos, se unió como voluntario a un grupo de colegas para ir a Armenia y ayudar a las labores de recuperación. Durante varias semanas, el médico trabajó día y noche atendiendo a cientos de personas afectadas, cuyas casas, sueños y cuerpos quedaron destrozados a causa del desastre natural. 

El doctor Kuzaev siempre fue una persona optimista que les transmitía energía y amor a sus pacientes. Así que además de la ayuda médica necesaria, también les infundía esperanzas en un futuro mejor. Les enseñó a sonreír de nuevo a pesar de sus terribles pérdidas y heridas.

Una joven mujer llamada Aida Saakyan fue una de sus pacientes. Cuando el terremoto destruyó su casa, quedó enterrada bajo los escombros. Permaneció atrapada durante muchas horas en la oscuridad, pidiendo a gritos que la ayudara hasta que perdió la voz. Cuando por fin la rescataron, la llevaron a uno de los pocos hospitales que quedaron de pie. Los testigos se echaron a llorar cuando la vieron. Tenía todo el cuerpo cubierto de moratones; los huesos y los órganos de la parte media estaban hechos pedazos y tenía la vejiga reventada. Pero esto no era lo peor de todo.

Aida estaba embarazada. Además de perder a la mitad de sus familiares, también perdió al bebé que llevaba en el vientre.

Debido a la gravedad de sus lesiones, nadie creía que volviera a caminar. Y parecía muy poco probable que pudiera embarazarse otra vez. Pero todo eso cambió cuando el Dr. Kuzaev y sus colegas llegaron al hospital. Gracias a su rápida actuación y a su excelente tratamiento, empezó a sonreír de nuevo. Pocos meses después, logró dar sus primeros pasos... hacia una nueva vida. 

Pero la sorpresa más grande apareció un año después: ¡Aida estaba embarazada de nuevo! Dio a luz a una pequeña muy saludable por medio de una cesárea, quien creció escuchando la historia de un joven médico que salvó la vida de su madre y que la ayudó a recuperar sus sueños y esperanzas. Para la hija de Aida, este médico, a quien no conocía personalmente, se convirtió en un miembro de la familia.

Durante 28 años, Aida se preguntó si algún día volvería a ver al doctor Kuzaev. Estaba convencida de que le debía toda su felicidad de madre y abuela. Así que uno puede imaginar su asombro cuando se enteró a través de su joven hija que el médico también la estaba buscando.

Youtube/Sputnik

La hija de Aida se quedó de piedra cuando vio fotos de su madre en las redes sociales y decidió contactar al hombre que las había publicado. ¿Quién hubiera imaginado que el Dr. Kurzaev había guardado una foto de su paciente  durante todo estos años y que la publicaría en Facebook? El cirujano explicó que a menudo  se preguntaba qué habría pasado con Aida y cómo se las había arreglado para recuperarse de su pérdida y de sus heridas. Tenía la esperanza de que su mensaje le llegara alguien que pudiera responder a sus preguntas.

Youtube/Sputnik

Sus fotos fueron compartidas miles de veces en los medios de Armenia, los cuales incluso ayudaron al doctor a rastrear a sus pacientes y colegas de hace 28 años.

En diciembre de 2016, organizaron una reunión. Con lágrimas en los ojos, el doctor Kuzaev, acudió a ver a Aida y a toda su familia. Un deseo anhelado durante mucho tiempo por ambas partes por fin se hizo realidad.

Youtube/Sputnik

Si hablas ruso, aquí tienes un fascinante reportaje sobre la vida de Aida, y para los demás, no se pierdan el momento en el que el Dr. Kuzaev y Aida, junto con otros pacientes  se reencuentran finalmente. También está en ruso, pero tienes que mirar las expresiones de sus rostros, son entrañables (empieza en el 4:05):

Incluso los peores eventos históricos pueden traer cosas positivas a nuestras vidas. A veces, cuando parece que todo está perdido, llega alguien que cree en ti y te regala una sonrisa, lo que en ese momento se vuelve lo más importante.

Créditos:

Sputnik

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