Primera corredora del maratón de Boston vuelve a correr tras 50 años

Kathrine Switzer hizo historia el día que decidió registrarse con un nombre falso y lanzarse a correr el maratón de Boston allá por 1967. Se convirtió en la primera mujer en hacerlo. No es que las mujeres lo tuvieran expresamente prohibido, pero en aquella época se pensaba que no eran lo suficientemente fuertes como para terminar la carrera.

Y Kathrine demostró que estaban totalmente equivocados. Terminó el maratón en 4 horas y 20 minutos y los organizadores del maratón solo se dieron cuenta de que había una mujer entre los corredores a la mitad de la carrera. Fue entonces cuando uno de ellos, Jock Semple, corrió tras ella, la agarró e intentó quitarle el dorsal para descalificarla. Su novio empujó al hombre y liberó a Kathrine justo a tiempo para poder continuar.

A partir de ese día, Kathrine se hizo famosa y ha seguido corriendo y luchando por los derechos de las mujeres. Cincuenta años después de su hazaña, ya con 70 años, la mujer ha vuelto a correr el maratón y... ¡solo ha tardado 24 minutos más que la primera vez! Iba acompañada de 125 mujeres, que tenían algo en común: llevaban el número 261 (el dorsal que Kathrine llevó en el primer maratón) y corrían para recaudar fondos para la organización sin ánimo de lucro "261 Fearless" (que significa "sin miedo"), una organización que fundó Kahtrine para dar poder a las mujeres a través de las carreras. 

Este es el momento en el que Kathrine cruzó la línea de meta del maratón:

Kathrine dice que estaba muy emocionada por todo el apoyo del público: "Durante toda la carrera, la gente gritaba y me apoyaba; tenían carteles en los que se podía leer '261 Fearless' o 'Vamos, Kathrine'". Y aunque la mujer terminó la carrera sin los problemas de la primera vez, sí que se acordó del hombre que intentó arrancarle el dorsal por aquel entonces al pasar por el sitio donde sucedió. Y es que más tarde los dos se hicieron amigos y quiso aprovechar la oportunidad para mandarle un beso; el hombre murió en 1988.

La historia de Kathrine nos enseña que incluso los actos más pequeños nos pueden ayudar a cambiar las injusticias que hacen de este planeta un mundo peor. Hay que ser muy valiente para enfrentarse a la norma establecida, pero ella supo cómo y cuándo hacerlo. 

Créditos:

ABC News

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