Emprendió una nueva rutina de ejercicio y documentó su transformación

Justin McCabe, de 31 años, vive en California y ha vivido una de las experiencias más duras que te puedas imaginar. Su marido, John Paul, se quitó la vida después de muchos años de padecer depresión.

Esta madre de dos niños empezó a ganar peso poco después de la muerte de su marido; se sentía devastada por la pérdida. Llegó a pesar casi 142 kilos. Se recuerda tomándose una selfie y no reconocerse a sí misma en la foto. Se sentía sola y perdida, y sus fotos de ese tiempo lo reflejan claramente. Estaba muy agobiada y casi toda su dieta consistía, por comodidad, en comida rápida.

Pero un día decidió que ya era suficiente. Quería darle un giro a su vida y romper con el doloroso círculo de tristeza y desesperación. Se inscribió en un gimnasio, se unió  a un grupo de escalada de roca, compró una bicicleta y empezó a jugar más activamente con sus hijos. También empezó a seguir una dieta saludable.

Se hizo selfies todos los días durante un año para documentar sus avances. Tenía la esperanza de volver a reconocer a la persona que era antes de su duelo en alguna foto reciente.

Justine quería sentirse fuerte de nuevo y estar más cerca de sus hijos. Por supuesto, la pérdida de John Paul sigue muy presente, pero finalmente ha recobrado la esperanza en el futuro.

Justo al principio de su cambio de estilo de vida, contó con la guía de un entrenador profesional. Con su ayuda, Justine ha recuperado su figura ideal y demostrado que puede lograr un gran reto si realmente se lo propone. Justine decidió que no se iba a hacer una cirugía plástica para borrar las estrías. "Uno no tiene que ser perfecta para ser hermosa", dijo Justine a todos sus seguidores de Instagram.

Simplemente está feliz de sentirse como era antes de todos esos meses de dolor. ¡Sigue adelante, Justine!

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