Las ampollas de esta corredora te dejarán sin aliento

Ahora, mientras lees esto, probablemente estés en casa frente a la computadora o mirando tu celular de camino al trabajo en algún vagón de tren. Pero seguro que tus antepasados, hace, digamos, 100 años, pasarían mucho menos tiempo sentados. Este estilo de vida sedentario puede ser un problema, por lo que es importante hacer deporte para ejercitar tu cuerpo. Pero el caso de Julie Nisbet demuestra que llevarlo al extremo puede tener fatales consecuencias.

La mayor pasión de Julie, de Inglaterra, de 34 años, es correr. Esta madre de dos ya había terminado un total de 11 maratones cuando decidió embarcarse en el mayor desafío posible: correr un ultramaratón. Como su nombre indica, acabar esa carrera sería una tarea hercúlea.

Julie y los demás corredores tenían que cubrir la distancia que separan las ciudades de Carlisle a Newcastle, un total de 110 kilómetros. El día de la carrera, además, estaba muy soleado. Julie usó crema protectora al principio de la carrera, pero no durante todo el trayecto. 

Logró cruzar la meta tras correr durante 21 horas. Tras el mastodóntico esfuerzo, su cuerpo lo pagó caro. Al llegar a casa se vendó las piernas porque las veía muy quemadas, pero cuando se quitó las vendas al día siguiente tenía una horribles ampollas infectadas de pus.

Fue rápidamente al hospital donde le drenaron la mayor parte del pus que llevaban las "bolsas" que formaban sus ampollas. Ahora, tendrá que pasar 6 semanas con las piernas vendadas hasta que sanen. "Ya he perdido 2 kilos", cuenta Julie, "y cuando me quiten la siguiente ronda de pus naranja probablemente perderé otros 2 kilos".

Continua: "Ahora me olvido de la alegría de terminar este ultra maratón por culpa de la agonía por la que estoy pasando por las quemaduras. El sudor y el agua me quitaron la capa de crema protectora que me había aplicado en la parte trasera de mis piernas, y las temperaturas eran muy altas". 

Por suerte, se recupera favorablemente y pronto podrá quitarse el vendaje y recuperar la normalidad poco a poco.

En las épocas de verano cuando el calor aprieta, nunca es buena idea confiarse y pensar que el sol no nos afectará. Casos extremos como el de Julie deben servir como advertencia sobre las consecuencias de no protegerse del sol. Ella es positiva y dice que "son solo cicatrices, seguro que viviré para correr un día más", pero mucho ojo con no acabar arrepintiéndote de hacer alguna actividad física al sol. ¡No merece la pena!

Créditos:

dailymail, thesun

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